MIEDO
María lleva siendo médico
desde hace 20 años en el Hospital Clínico, y hoy después de tanto tiempo no va
a poder ir al hospital. Tiene que estar en cuarentena 15 días y después dar
negativo en la siguiente prueba del COVID. Mientras que Juan, su marido, y
Carlos y Lucas, sus hijos gemelos, han dado negativo. Probablemente María se ha
contagiado en el hospital cuidando a los enfermos en la UCI.
Después de una semana
María está ansiosa por volver a trabajar y ayudar todo lo que pueda en el
hospital, pero todavía le quedan unos días de estar “encerrada” y aislada. Por
fin, cuando le hacen la prueba y da negativo, va directamente al hospital, pero
eso sí, con triple protección, parece una astronauta. Cuando me contagié no
llevábamos ni la mitad de protección, pensó enfadada.
Después de una semana ya
yendo al hospital todos los días e incluso quedándose varias noches, María esta
agotada. Tengo que seguir dándolo todo por ellos, no quiero que lo pasen como
yo, o mucho peor, pensó dándose ánimos. En casa las cosas iban bastante bien,
Juan trabaja en el banco Santander y está la mayor parte del tiempo en
reuniones online, y Carlos y Lucas, estudian 1º Bachillerato están con clases
online y mirando el correo para hacer los deberes.
Ya ha pasado un mes y medio
desde que comenzó el desafío para superar a este virus que había comenzado
meses antes en la otra punta del mundo y parecía imposible que se expandiera tan
rápido hasta aquí. Ojalá se acabe esto muy pronto, se decía María mientras
caminaba por los pasillos del hospital, los cuales estaban llenos de camas con
contagiados porque no cabían en las salas y la UCI.
Cada día al volver a casa
María tenía que preparar la cena y la comida del siguiente, no sin antes
haberse aseado. La familia cenaba viendo el telediario que ya era demasiado
repetitivo, y cada día los datos de contagiados y muertes de COVID iban a peor.
Carlos y Lucas le preguntaban todos los días a su madre que cuando iba a pasar
aquella pesadilla, ojalá lo supiera, contesta ella abatida.
Juan era el encargado de
salir ha hacer la compra para tener comida para casi todo un mes, ya que se
salía lo menos posible de casa. También le llevaba la compra a sus padres y
suegros, que vivían cerca, y ellos no salían al ser las personas mayores de
riesgo.
El siguiente mes fue
horrible para los médicos, tenían que estar incluso dos días seguidos en el
hospital, y acababan con marcas en la cara debido a todas las protecciones que
tenían que llevar. Todo el mundo en los hospitales ayudaba, los especializados en
aparato digestivo, los cirujanos, todos ayudaban, el hospital era un sitio en
el que se estaba viviendo una situación más que horrible, como de guerra. De
guerra sin cuartel.
Cuando ya han pasado dos
meses y medio parece que la cosa va a mejor, dentro de un mes se podrá salir a
la calle, con mascarilla y por horarios. Los casos y las muertes han tenido un
ligero descenso y nos hospitales están algo menos colapsados.
Tras llevar más de tres
meses confinados en casa Carlos y Lucas no aguantan más y son los primero en
salir. Van a visitar a sus abuelos que les saludan desde la ventana de sus
casas, e incluso durante el paseo se encuentran con algún amigo. María no tiene
el lujo de poder dar paseos ya que, aunque la gente crea que ha mejorado mucho
la situación, no es así, si que ha mejorado, pero hay que mantenerse muy alerta,
sobre todo en el hospital.
Ya es verano y la
situación está mucho mejor, María va al hospital dos semanas seguidas y
descansa otra, Juan ya tiene vacaciones, al igual que Carlos y Lucas. Una de
las semanas que María tiene libres deciden ir a la playa, a Galicia. Disfrutan
mucho allí y deciden que excepto María, que tiene que volver al hospital, el
resto de la familia se queda allí, en Marín, el pequeño pueblo al que han ido.
Al llegar a Madrid, María
recibe una muy mala noticia. Carlos y Lucas han dado positivo por COVID, y han
puesto en riesgo a Juan y a sus abuelos maternos, que habían ido con ellos a
Galicia. Mientras María está trabajando en el hospital tiene esa incertidumbre
por saber si sus padres habrán cogido o no el virus.
Dos días después Juan le
comunica a María que efectivamente, sus padres han dado positivo también. María
intenta no preocuparse mucho, pero la situación no es buena. Carlos y su padre
en el hospital graves y Lucas y su madre confinados en casa. Termina la semana
y María va rápidamente a Marín. La situación está mejor, su madre, Lucas y
Carlos, recién salido del hospital, han dado negativo. Mientras que su padre
sigue luchando por superar el virus.
María se acerca al
hospital, y gracias a que conoce a un médico allí puede saber el estado de su
padre. Ha mejorado, pero está con oxígeno, eso no es muy bueno, pero al menos
no está en la UCI, piensa María. Se queda hablando un rato con el médico, que
ve que la situación va mejorando poco a poco, aunque ella no está muy
convencida.
Es la última semana de
verano y la familia regresa a Madrid, con el abuelo ya recuperado, tras unas
vacaciones que no quieren casi ni recordar. Carlos y Lucas se sienten culpables
por haber contagiado a sus abuelos, estamos sanos y salvos, y muy felices de
estar con vosotros, les dicen ellos.
La familia se
enfrenta ahora a un nuevo curso con
muchos cambios y dificultades, solo
esperan que no se repita la situación infernal del verano.
Bárbara Alonso
👍🏻👊🏼
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