¡Hola
mamá!
Estoy dentro de ti,
pero no te lo puedo decir, será una sorpresa,
a finales de este año llegaré, espero que podáis aceptarme tal y como
soy.
Tengo muchas ganas de
llegar a este mundo y de ver a Pedro y María, mis hermanos mayores, a papá y a ti,
a los abuelos, tíos…que desde aquí dentro les oigo, tengo realmente muchas
ganas de conoceros a todos.
Aquí me encuentro muy a
gusto y escucho todo lo que pasa a tu alrededor, estar aquí es realmente
genial, pero sé que en pocos meses me tendréis allí con vosotros si todo sale
bien… y eso me llena de alegría.
Ha pasado ya casi un
mes y mami, todavía no te has dado cuenta de que estoy aquí, espero que dentro
de poco te percates, porque quiero notar tu reacción ante tal noticia.
El pobre Pedrito está
malo y desde aquí oigo sus lloros y me emociono al saber que en poco tiempo tú
me vayas a mimar de esa forma.
Mientras, pasan los
días, tú vas al trabajo, haces tu vida normal, y yo te acompaño a todas partes,
me encanta ir siempre contigo, mami.
Ayer vi cómo te dabas
cuenta de que me tienes en tu vientre y de cómo se lo contabas a papá, pero no
vi que os alegraseis demasiado, al principio me pareció una percepción mía, pues
yo esperaba que os alegraríais de saber que estoy aquí. Oí cosas que nunca creí
que pensaríais. Le dijiste a papá que yo podría ser un estorbo para vosotros
dos, que con el ajetreo que tenéis con María y Pedro y con la crisis y el paro,
yo posiblemente solo causase problemas y
que no os dejaría disfrutar de la vida. Y que llegabais a la conclusión de que
lo mejor era abortarme.
Al oír estas palabras
no puede contenerme esta tristeza, porque
lo que más quiero es poder nacer y compartirlo todo con vosotros, mi
familia.
Ahora estoy triste todo
el rato, pensando que en poco tiempo ya no seguiré aquí y que no podré
conoceros a ninguno de vosotros, pero si es lo que realmente queréis pues yo no
puedo hacer nada.
Discutís y decís que
soy un error que no debería de haber ocurrido, aunque en realidad no queréis deshaceros
de mi, pero pensáis que es la mejor opción.
Estamos ahora en casa
de los abuelos, llevamos aquí ya un buen rato pero no les habéis contado nada
de que estás embarazada de mí, esto me pone más triste aun, porque veo que no
queréis que se enteren, para que no sufran con mi pérdida.
Pedro y María están
jugueteando y me haría mucha ilusión algún día poder estar allí con ellos, pero
lo veo cada vez más imposible. Ya es hora de irse de casa de los abuelos, pero
vosotros no les habéis dicho nada.
Pasan los días y papá y
tú seguís sin saber que hacer conmigo. Ya llevo aquí casi 2 meses. Estáis
confusos, seguís convencidos que seré una mera molestia para vosotros.
Vais al médico, así que
creo que ya no hay remedio y que pronto os vais a deshacer de mí. El médico os
dice que hagáis lo que creáis más oportuno pero vosotros seguís sin saber del
todo que hacer conmigo, y yo ya pienso que la vida que pensaba vivir a vuestro
lado se desvanecerá en cuestión de segundos.
Volvéis a casa
frustrados, ibais decididos a despediros de mí pero no habéis sido capaces de
hacerlo, ¡me alegro muchísimo por ello!
Lo habláis mientras
Pedro y María se pelean, no podéis pensar bien porque no paran de molestaros. Os
escucho que les preguntáis que porqué se pelean, ellos os responden que se han
enterado de que estás embarazada y María quiere que sea chica y Pedro que sea
chico. Os quedáis muy confusos, no sabéis cómo se han enterado, pero los dos
están muy contentos de que yo vaya a venir al mundo.
Al ver el entusiasmo de
Pedro y María ya no dudáis que debo nacer y pensáis que si cualquiera de los
dos no hubiese nacido vuestra vida no hubiera sido igual. Recordáis infinitos
momentos con ellos y queréis que conmigo sea igual.
¡Ya os habéis decidido!
Pensáis firmemente en que debo nacer, que aun que pueda haber problemas
económicos no vais a privarme de poder estar con vosotros. ¡Soy muy feliz! Al
fin todo lo que había pensado vivir a vuestro lado se va a hacer realidad.
Estáis muy contentos
por la decisión que habéis tomado y decidís contarles la gran noticia a los abuelos.
Ellos se llenan de alegría al saber que van a tener un nieto más junto ellos.
Han pasado casi nueve
meses y noto que he crecido mucho desde el principio, tú ya estás en reposo y
de baja, dentro de muy muy poco llegaré.
Noto como que algo me
empuja, estoy demasiado a gusto aquí dentro, pero quiero salir para estar a
vuestro lado. Te oigo gritar y veo una luz.
Ha sido un trago un
poco desagradable para ambos, pero gracias a Dios… ¡Al fin estoy aquí! ¡Mil
gracias por haberme querido!
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