Jorge Sánchez Ganado (Un partido inolvidable)




Un partido inolvidable

Que ganas tenía de llegar al estadio, sin duda he hecho bien en traer al pequeño Jules a ver su primer partido, puede que solo sea un amistoso, pero al menos será viendo a nuestra selección, tenemos unos sitios de primera, solo viendo como calientan los jugadores ya veo la mayor expresión de felicidad en mi pequeño, él es mucho mas aficionado al fútbol que yo, ha salido a su madre, que pena que no haya querido venir, tenía un fiesta en una discoteca.

Por fin terminan de calentar y salen las dos selecciones junto con el quinteto arbitral, primero suena nuestro himno, “l´marseillaise”, todos los aficionados lo cantamos a pleno pulmón, los jugadores también, le toca el turno al himno alemán, ya solo lo cantan una pequeña parte de la grada y los jugadores, pero también se les escucha, terminados los himnos, los jugadores se saludan y se colocan en sus posiciones y da comienzo al partido, aunque no entienda mucho de futbol veo que los alemanes son muy buenos, pero aún más lo son nuestros jugadores, tras un par de buenos ataques germanos pero sin resultado llegamos al descanso, 0-0.

Empieza el segundo tiempo, esta vez la gente anima más, y se ve que da sus frutos porque no tarda en llegar el primer gol, de un tal Giroud me dice mi hijo, tal es el fervor de la gente que conseguimos marcar el segundo, de Gignac, un poco antes de que termine el partido oímos como unos petardos, supongo que por el triunfo, acaba el partido y los jugadores se meten al vestuario.

La gente se va a empezar a marchar, pero de repente escuchamos unas sirenas de alarma, la gente se empieza a asustar, yo agarro fuertemente de la mano a mi hijo que me pregunta que pasa, no se que responderle, por megafonía nos dicen que estamos bajo aviso de bomba, cunde el caos y la gente empieza a bajar al campo, todo el mundo está gritando, cojo a mi hijo en brazos y bajo al césped también, no sabemos nada, mi hijo está llorando al igual que la mayoría de personas que están en el campo, estoy agobiado y sin ideas, pero de repente veo a un miembro del cuerpo de seguridad, voy corriendo hacia él, me dice que ha habido un atentado y que este estadio era uno de los objetivos y que están llamando al ejército para que venga a peinar la zona, esto me angustia aún más, sin soltar a mi hijo rezo para que al menos mi hijo se salve, algunas personas se desmayan, estamos media hora sin saber nada ni tenemos cobertura, mi mujer estará de los nervios, pero por fin nos comunican que no hay peligro y que podemos salir, aplaudimos a todo el sistema policial y respiramos aliviados, doy gracias por no haber pasado nada.
Ya en la calle y con cobertura me dispongo a llamar a mi mujer, pero antes de que pueda hacerlo, veo que todos los policías, ambulancias y demás miembros de protección se van rápidamente, parece ser que unos islamistas radicales han atentado en una sala de fiesta, Bataclán se llama, me suena muchísimo ese nombre, pero no caigo en que puede ser.

Ahora si  que me dispongo a llamar a mi mujer, marco su número y empieza a llamar, no lo coge, insisto de nuevo, y tampoco, hasta 4 veces más intento llamarla sin éxito, de repente un sudor frio me invade por dentro, mi hijo me pregunta si me pasa algo, estoy enmudecido, acabo de recordar donde era la fiesta de la empresa de mi mujer, si, era la sala Bataclán, empiezo a hiperventilar sin poder creérmelo, vuelvo a coger a mi pequeño en brazos, esta vez me dispongo a ir al lugar del atentado, vuelvo a rezar para que no le haya pasado nada, llegamos al lugar, y veo decenas de ambulancias y de cuerpos de seguridad en el local, pero no me puedo acercar más, hay una cinta policial que prohíbe el paso, mientras lloro empiezo a suplicar que me dejen entrar, que mi mujer estaba en la sala.
El pequeño Jules sin comprender nada empieza también a llorar, viene una chica vestida de enfermera al oir nuestros gritos, me sienta en el suelo junto a mi hijo, difícilmente saco las palabras para decirle que mi esposa estaba en esa sala, me intenta tranquilizar diciéndome que hacen todo lo posible para rescatar a las víctimas y que estará sana y salva seguro, me lo intento creer, mientras ella se ocupa de mi hijo yo salgo corriendo hacia la zona donde están sacando a las víctimas, veo a cantidad de gente herida y otros cuerpos muertos, me pongo a gritar su nombre y a intentar buscarla, para mi horror, de repente veo como unos camilleros sacan el cuerpo de mi mujer, el tiempo se para, no dejo de pensar que esto sea solo una pesadilla y que nada de esto haya pasado, pero por desgracia no lo es, corro hacia su cuerpo y comienzo a llorar, ya no hay nada que se pueda hacer, solo me pregunto, ¿Por qué a mi?

FIN

Jorge Sánchez Ganado 1º B, 20/11/2015

#JesuisParis

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