Un
partido inolvidable
Que ganas tenía de
llegar al estadio, sin duda he hecho bien en traer al pequeño Jules a ver su
primer partido, puede que solo sea un amistoso, pero al menos será viendo a
nuestra selección, tenemos unos sitios de primera, solo viendo como calientan
los jugadores ya veo la mayor expresión de felicidad en mi pequeño, él es mucho
mas aficionado al fútbol que yo, ha salido a su madre, que pena que no haya
querido venir, tenía un fiesta en una discoteca.
Por fin terminan de
calentar y salen las dos selecciones junto con el quinteto arbitral, primero
suena nuestro himno, “l´marseillaise”, todos los aficionados lo cantamos a
pleno pulmón, los jugadores también, le toca el turno al himno alemán, ya solo
lo cantan una pequeña parte de la grada y los jugadores, pero también se les
escucha, terminados los himnos, los jugadores se saludan y se colocan en sus
posiciones y da comienzo al partido, aunque no entienda mucho de futbol veo que
los alemanes son muy buenos, pero aún más lo son nuestros jugadores, tras un
par de buenos ataques germanos pero sin resultado llegamos al descanso, 0-0.
Empieza el segundo
tiempo, esta vez la gente anima más, y se ve que da sus frutos porque no tarda
en llegar el primer gol, de un tal Giroud me dice mi hijo, tal es el fervor de
la gente que conseguimos marcar el segundo, de Gignac, un poco antes de que
termine el partido oímos como unos petardos, supongo que por el triunfo, acaba
el partido y los jugadores se meten al vestuario.
La gente se va a
empezar a marchar, pero de repente escuchamos unas sirenas de alarma, la gente
se empieza a asustar, yo agarro fuertemente de la mano a mi hijo que me
pregunta que pasa, no se que responderle, por megafonía nos dicen que estamos
bajo aviso de bomba, cunde el caos y la gente empieza a bajar al campo, todo el
mundo está gritando, cojo a mi hijo en brazos y bajo al césped también, no
sabemos nada, mi hijo está llorando al igual que la mayoría de personas que
están en el campo, estoy agobiado y sin ideas, pero de repente veo a un miembro
del cuerpo de seguridad, voy corriendo hacia él, me dice que ha habido un
atentado y que este estadio era uno de los objetivos y que están llamando al
ejército para que venga a peinar la zona, esto me angustia aún más, sin soltar
a mi hijo rezo para que al menos mi hijo se salve, algunas personas se
desmayan, estamos media hora sin saber nada ni tenemos cobertura, mi mujer
estará de los nervios, pero por fin nos comunican que no hay peligro y que
podemos salir, aplaudimos a todo el sistema policial y respiramos aliviados,
doy gracias por no haber pasado nada.
Ya en la calle y con
cobertura me dispongo a llamar a mi mujer, pero antes de que pueda hacerlo, veo
que todos los policías, ambulancias y demás miembros de protección se van
rápidamente, parece ser que unos islamistas radicales han atentado en una sala
de fiesta, Bataclán se llama, me suena muchísimo ese nombre, pero no caigo en
que puede ser.
Ahora si que me dispongo a llamar a mi mujer, marco su
número y empieza a llamar, no lo coge, insisto de nuevo, y tampoco, hasta 4
veces más intento llamarla sin éxito, de repente un sudor frio me invade por
dentro, mi hijo me pregunta si me pasa algo, estoy enmudecido, acabo de
recordar donde era la fiesta de la empresa de mi mujer, si, era la sala
Bataclán, empiezo a hiperventilar sin poder creérmelo, vuelvo a coger a mi
pequeño en brazos, esta vez me dispongo a ir al lugar del atentado, vuelvo a
rezar para que no le haya pasado nada, llegamos al lugar, y veo decenas de
ambulancias y de cuerpos de seguridad en el local, pero no me puedo acercar
más, hay una cinta policial que prohíbe el paso, mientras lloro empiezo a
suplicar que me dejen entrar, que mi mujer estaba en la sala.
El pequeño Jules sin
comprender nada empieza también a llorar, viene una chica vestida de enfermera
al oir nuestros gritos, me sienta en el suelo junto a mi hijo, difícilmente
saco las palabras para decirle que mi esposa estaba en esa sala, me intenta
tranquilizar diciéndome que hacen todo lo posible para rescatar a las víctimas
y que estará sana y salva seguro, me lo intento creer, mientras ella se ocupa
de mi hijo yo salgo corriendo hacia la zona donde están sacando a las víctimas,
veo a cantidad de gente herida y otros cuerpos muertos, me pongo a gritar su
nombre y a intentar buscarla, para mi horror, de repente veo como unos
camilleros sacan el cuerpo de mi mujer, el tiempo se para, no dejo de pensar
que esto sea solo una pesadilla y que nada de esto haya pasado, pero por
desgracia no lo es, corro hacia su cuerpo y comienzo a llorar, ya no hay nada
que se pueda hacer, solo me pregunto, ¿Por qué a mi?
FIN
Jorge Sánchez
Ganado 1º B, 20/11/2015
#JesuisParis
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