LA SONRISA DE SREY NANG
Fue
en mi primer día del Camp Pensionnaires en Camboya, un campamento para los
niños y niñas que viven internados en la ONG por diversos motivos. Me tocó ser
el monitor del grupo 4, formado por 20 chicas y 5 chicos de unos 14 a 16 años
de edad. Yo me mantenía firme en pie al frente de la fila, con los nervios a
flor de piel, y entonces fue cuando me llamó la atención. Entre todos los niños
que se movían de un lado para otro, había una chica sentada en su sitio que
simplemente me miraba y sonreía. Y que sonrisa!! Esa fue la primera vez que vi
a Srey Nang.
Srey
Nang es una niña de 14 años de edad, con unas facciones muy distintas al resto
de camboyanas. Apenas habla inglés, de hecho es de la que peor lo habla de su
grupo de amigas, y es muy tímida, pero aun así, conmigo siempre se porta muy
bien, con una sonrisa en su rostro en todo momento.
Pues
bien, con el paso de los días fui ganando un poco más de confianza con ella,
intentaba hablar con ella todos los días, me sentaba con ella en la oración de
por la noche, y en fin, pasó a ser una de mis niñas preferidas, no lo voy a
negar.
En
Camboya vi muchas cosas que me hicieron pensar mucho, ves realidades distintas
muy chocantes y te das cuenta de lo afortunados que somos, y de lo mal repartido que está el mundo. Pero Srey
Nang no me enseñó solo eso, Srey Nang me demostró que la alegría es contagiosa
y que ante el mundo hay que plantarse con una firme sonrisa y dispuestos a
superar todos los obstáculos que se crucen en nuestro camino, y así lo hizo:
Fue
un día que íbamos de excursión al Lago Boeng Tompum. Después de pasar el día
bañándonos en él, estaba sentado con Srey Nang en una especie de muelle, cuando
ella abrió su mochila y sacó un cuaderno en el que tenía unas fotos pegadas con
algún comentario escrito. Vi alguna foto de sus amigas en distintas
excursiones, pero la que más me sorprendió fue una foto en blanco y negro en la
que aparecía una mujer bajita y muy guapa. Debajo de la foto había escrito en
inglés:
“Come to play with me
I can wait, I don’t
care
But come to play with
me
Please, come to play
with me”
Aparte
de sorprenderme por el nivel de inglés de esas frases, en comparación a lo poco
que sabía hablar, me picó la curiosidad por saber quién era la mujer de la
foto, así que a duras penas me explicó que era su madre, yo le pregunté que
donde vivía y entonces me miró a los ojos y me dijo: “She dead”
Me
quedé un poco tristecillo, pero enseguida nos llamaron para volver a los buses
y ella se fue a hacer la fila. Seguramente muchas niñas y niños de los
Pensionnaires no tengan padres, pero con Srey Nang, como la veía siempre tan
sonriente, me chocó un poco más. Quería saber algo más sobre lo que le pasó así
que fui a hablar con Madame Pich, una de las mujeres que se encargan del cuidado de las niñas y le pregunté por
la madre de Srey Nang, ella me contó que su madre había fallecido hace unos
pocos meses y la verdad es que me intentó explicar de que murió pero no me
enteré muy bien, creo que fue algún tipo de accidente.
Volví
al autobús, dándole vueltas a lo ocurrido, un poco triste pensando en lo
injusto que era todo. Estaba yo en mi mundo cuando me sorprendió una monitora
camboyana y me dijo que Srey Nang me había guardado un sitio en el bus con
ella. Fui a sentarme y nada más verme me pregunto: “You Sad?”, le sonreí y
negué y me dijo “Please don´t you sad, you happy, happy smile”. Parecerá una
tontería, pero esas dos frases me sorprendieron y me dieron mucho que pesar.
Una
chica camboyana, con 14 años, interna en una ONG, con un pasado que aquí sería
impensable, con la muerte de su madre de hace unos meses, y con un familia que vive
en la más absoluta pobreza, me había dicho a mí, español, que no me falta de
nada, con una familia fantástica, que no me pusiese triste. Era ella la que a
pesar de tener todo eso en su vida, mantiene una sonrisa cada día y encima va
preocupándose de que los de su alrededor sean felices. Me pareció y me sigue
pareciendo impresionante.
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