Lo recuerdo como si
fuese ayer, cuando todos saltábamos y gritábamos de alegría.
Habíamos luchado y
trabajado lo más duro posible para ganar y ya teníamos nuestro merecido. La
gente nos elogiaba como héroes, porque héroes, guerreros, luchadores, era en lo
que nos habíamos convertido.
Nada más llegar a casa
mi familia me recibió con los brazos abiertos y con una gran familia para
celebrar mi regreso a este hermoso hogar.
Había sobrevivido junto
a mis inolvidables compañeros el duro invierno ruso y la dureza que supone
combatir en una guerra tan larga y sobre todo en un país con temperaturas tan
extremas como a las que se llegaba en aquel gélido país.
Pero ya había regresado
y tocaba volver a la rutina diaria y dejar atrás a los compañeros perdidos los
días luchando por sobrevivir...
Por aquellos tiempos la
gente nos recordaba como héroes cuando salíamos a la calle, pero hoy en día
pocos son los que recuerdan esta hazaña. Es una pena que hoy en día no se
recuerde a todos aquellos que marcharon a defender su bandera y patria.
El último deseo que
tengo es que se me recuerde, y no solamente a mí, sino a todos los que lucharon
por España y por ayudar a Alemania.
Juan Cánovas del
Castillo Morilla. 4ºESO F.
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