UNA
INFANCIA INUNDADA
Año
2024. Una tarde cualquiera, el pequeño Victor fue a pasar la noche con su
abuela y su perro Jack. Ella siempre le contaba historias de cuando era pequeña
hasta que Victor se quedaba dormidito y eso era lo que más le relajaba. Además
de eso, Victor empezó a ir más a menudo con su abuela porque ella sufría de una
grave enfermedad, y Victor que tanto la conocía, cada vez la notaba más y más
apagada y eso le preocupaba.
Aquella noche, Victor
estaba más nervioso de lo normal, pues le tenía miedo a las tormentas
- ¿abuela, por qué el
cielo esta tan oscuro y ruge como si tuviese hambre? - preguntó Victor mirando
fija y preocupadamente a la ventana.
-Es una simple DANA cariño,
pasa cada cierto tiempo, pero ya estamos preparados. ¡Hace muchos años cuando
yo era una niña como tú, las calles parecían ríos y el agua llegaba hasta las
rodillas! Pero después de que eso
pasara, unos señores muy listos rodearon la ciudad de Valencia con unos bloques
muy muy fuertes para que se no volviese a inundar. Esta vez, ¡Ni nos vamos ni a
enterar! - Exclamó la abuela.
El pequeño Victor volvió
a la cama pensando en el olor de la mezcla entre lluvia y tierra que iba quedar
por la mañana que tanto le gustaba.
De repente un rayo iluminó
toda la casa, y Jack, el perro salió corriendo por su pequeña puerta, la abuela
nerviosa salió tras él sin importar cuánto llovía pues era una de las cosas que
más quería. Cada vez llovía más y más y esta vez el agua no llegaba tan sólo
hasta las rodillas…la abuela se dio por vencida, no había ni rastro de Jack.
Rápido la abuela, se acordó de que el pequeño Victor estaba pasando la noche en
su casa y rápido se dio la vuelta para salvarle, pero ni la lluvia ni su
enfermedad permitían que avanzara. La abuela sufría un ataque de ansiedad
porque su casa era un primero y Victor estaba atrapado en ella.
Rober, un vecino la vio
desde su terraza, -señora, ¡¿qué está haciendo en las calles?! ¿Está usted
loca? –
-Trato de buscar a mi
perro, pero, pero…- la abuela estaba siendo ahogada y arrastrada por la
corriente, y de repente apareció su perro a su lado. Sólo eso fue lo que le dio
fuerzas para agarrase a cualquier coche hasta ser rescatada, pero no se podía
sacar de la cabeza que su nieto estaba en casa todavía, con la duda de saber si
estaba vivo.
Victor, se despertó
nervioso buscando a su abuela. - ¿Abuela, Abuela?! –
No la encontraba por
ningún lado, intentó abrir la puerta, pero no podía, miró a la ventana y
parecía que estaba en un submarino. Intentó buscar a su perro y tampoco había
rastro de él. Victor estaba completamente solo.
La vecina del segundo,
Paki llamo al teléfono fijo para comprobar que la abuela estaba a salvo ya que
sabía que vivía sola, pero en vez de la abuela, contesto Víctor. - ¿Hola? - pregunta
Víctor atemorizado.
-Hola pequeño, ¿quién
eres? -pregunta Paki.
-Soy Victor, el nieto de
Carmen ¿dónde está mi abuela? ¿dónde está mi abuela? -
- Pero, pero ¿cómo que
estás solo? Abre la ventana del baño con todas tus fuerzas y mira hacia arriba.
No te asustes si entra un poco de agua en tu casa, te voy a salvar.
Victor abrió la ventana
mientras toda el agua le chocaba en la cara y miró hacia arriba como Paki le
había ordenado.
Ahí estaba Paki con una
escalera.
- ¡Niño, agárrate!
Victor con todas
sus fuerzas consiguió trepar hasta la casa.
-Pero ¿Paki, que
pasa con la casa de mi abuelita?, ¡se va a llenar de agua!,¿y mi, y mi perro?
¿y mi abuela? - pregunta Víctor llorando.
-Lo más importante
es que tú estés a salvo cariño. No te preocupes todo estará bien. Les
encontraremos.
Una semana después
la gente ya podía salir a las calles y Victor emocionado salió a buscar a su
abuela y su perro.
Victor no volvió a
sonreír.
Carmen Cano
Balmisa, 1 bachillerato A, octubre 2024.
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