PEDACITOS
DE MI
Hola,
estoy aquí subido con el propósito de que me conozcáis un poco más. Me llamo
Beltrán, aunque creo que eso ya lo sabéis, soy el hermano pequeño de 4
hermanos, y de la familia de 6 vaya. Muchos de vosotros conoceréis a alguno de
mis hermanos, y unos pocos conoceréis a los 3.
Pero
bueno de todas formas estoy aquí para contaros como es ser algunas veces el
consentido de la familia, muchas veces el pringado, pero siendo siempre siempre
un puzzle de cada uno de ellos.
Inés
que es la mayor, constituye un tercio de mí, muchas de mis costumbres, le
pertenecen a ella, y sobre todo mi carácter que, aunque aquí no lo veáis, en
casa arramblo con todo. Tiene literalmente el carácter de una hermana mayor, un
mal humor que desearían pocos saber que tiene, y lo mismo conmigo. Oye espera
parad que la estoy pintando fatal, como hermana mayor que es me ha enseñado el
espíritu de protección hacia el resto de ellos, y no solo hacia ellos si no
también hacia todo el que me rodea
Mi
hermana Clara, que es otra pieza del puzzle, yo creo que se la podría
considerar a parte de cabezota, con un humor que muchos querrías conocer, y
cuando nos juntamos los dos se convierte en una lluvia de risas y coñas, así
por decirlo de una manera que nos entendamos todos.
Alonso,
el tercero tiene una disciplina nunca vista, un espíritu de sacrificio que se
podría decir que he heredado de él, no solo heredo la ropa, a ver que os
pensáis. Pero vaya muchas veces sus buenas contestaciones brillan por su
ausencia.
Y
así es mi casa, bueno mi casa ya no, porque la mayor de todos decidió marchar
del núcleo hace un año, tampoco diré que la echo mucho de menos, no porque haya
mas paz porque si os digo que la guerra fría se libra en mi casa todos los días
de la semana no exagero, es mas los findes que tenemos que vernos mas las
caras, pinta como la segunda guerra mundial.
Muchas
veces lo más fácil para mi es mirar hacia otro lado, porque los veo crecer y
por tanto alejarse de mí, siento un orgullo que no me cabe en el pecho por cada
uno de ellos, pero tampoco me cabe la tristeza, por ver a una hermana mayor a
punto de casarse y fuera del núcleo; la segunda, al borde de desprenderse del
seno familiar en casa y al tercero siguiendo los pasos de la anterior con tan
solo la diferencia de unos 3 añitos que muy a mi pesar se pasaran como un
pestañeo.
Al
llegar a casa al principio de todos los cursos, me siento en la mesa a
compartir la comida con ellos, y que pena me invade el cuerpo cuando los
escucho decir, si por que ese profesor…, si porque esa asignatura…, cuando yo
estaba en ese curso…
Ellos
lo ven con nostalgia, el curso, a los profesores, solo hace falta ver como se
les llena la boca hablando de cada uno de ellos, con buenas palabras cargadas
de afecto y cariño, y recuerdos de todos.
Pero
lo que no saben es que yo también siento nostalgia, siento nostalgia de ver a
Inés salir por la puerta verde a las 14:15, siento nostalgia de ver a Clara
bajar por las escaleras para ir corriendo a ver a Henar Rojo año tras año sin
que fallase uno, y que decir de Alonso que pensaba y pensaba que poner en su
relato de economía.
El
colegio san Agustín es nuestra segunda casa, muchos de los profesores que veo
caminar por los pasillos los consideramos, unos segundos padres, no porque nos
hayan enseñado valores porque eso considero que se trae de casa, pero si nos
los afianzan.
Cuantas
veces abre escuchado a mis hermanos, animarme y tatuarme en la piel las frases
que un día estos profesores les grabaron a ellos en la misma sin tinta.
Coral
en literatura universal repetía, somos como personas que cada vive en una
habitación y con cada libro que leemos nuestra ventanita para ver el mundo se
va haciendo mas grande.
Fátima
les repetía desde el primer día de Clase una frase de Aristóteles “Somos lo que
hacemos día a día, la excelencia no es un acto sino un hábito”.
“Con
cien cañones por banda, viento en popa toda vela, no corta si no vuela…” les
hacia aprenderse de carrerilla el padre albino.
“Usted
señorita es mi caballo ganador” le decidió grabar en el corazón Don Marcelino a
mi hermana en su graduación.
Por
pedro pablo tengo en la estantería mas libros de los que puedo contar de Camila
lackberg que si no lo sabéis es de novela negra, o cien mil soles esplendidos.
Nosotros
no nos acordamos, pero a ellos se les quedo de memoria los hermanos y la vida
de Satur, que en cuanto te veía aparecer por portería, te enchufaba toda la
historia de su vida.
Por
no hablar y con esto ya acabo de como alardean en la mesa de ir a Beatriz para
saltarse clase, que por cierto ya se sabia de que iba el tema y se compinchaba
con mi madre.
O
Una profesora que, en una reunión de principio de curso, después de haber
tenido a mi hermana años atrás, se encontró con mi madre y le dijo que, al ir
todos los domingos a misa, divisaba un cuadro de una monjita con una niña, y
siempre que lo veía, repetía sin cansarse, somos tu hija y yo Menchu.
Como
podéis ver mi casa está compuesta de este colegio, de galas en mayo, de
graduaciones, confirmaciones, obras de teatro a los de infantil, festivales en
el salón de actos, ofrendas florales, cumpleaños de san Agustín, días de la
paz, y mejor me callo porque no acabo.
Pero
cada uno de mis hermanos y yo estamos hechos de pedacitos de profesores y por
pedacitos del colegio san Agustín y puedo decir con total certeza y orgullo que
somos lo que somos por el Colegio san Agustín de Padre Damián en Madrid.
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