Ana Serrada (¿Hola mamá!)




¡Hola mamá!
Estoy dentro de ti, pero no te lo puedo decir, será una sorpresa,  a finales de este año llegaré, espero que podáis aceptarme tal y como soy.
Tengo muchas ganas de llegar a este mundo y de ver a Pedro y María, mis hermanos mayores, a papá y a ti, a los abuelos, tíos…que desde aquí dentro les oigo, tengo realmente muchas ganas de conoceros a todos.
Aquí me encuentro muy a gusto y escucho todo lo que pasa a tu alrededor, estar aquí es realmente genial, pero sé que en pocos meses me tendréis allí con vosotros si todo sale bien… y eso me llena de alegría.
Ha pasado ya casi un mes y mami, todavía no te has dado cuenta de que estoy aquí, espero que dentro de poco te percates, porque quiero notar tu reacción ante tal noticia.
El pobre Pedrito está malo y desde aquí oigo sus lloros y me emociono al saber que en poco tiempo tú me vayas a mimar de esa forma.
Mientras, pasan los días, tú vas al trabajo, haces tu vida normal, y yo te acompaño a todas partes, me encanta ir siempre contigo, mami.
Ayer vi cómo te dabas cuenta de que me tienes en tu vientre y de cómo se lo contabas a papá, pero no vi que os alegraseis demasiado, al principio me pareció una percepción mía, pues yo esperaba que os alegraríais de saber que estoy aquí. Oí cosas que nunca creí que pensaríais. Le dijiste a papá que yo podría ser un estorbo para vosotros dos, que con el ajetreo que tenéis con María y Pedro y con la crisis y el paro,  yo posiblemente solo causase problemas y que no os dejaría disfrutar de la vida. Y que llegabais a la conclusión de que lo mejor era abortarme.
Al oír estas palabras no puede contenerme esta tristeza, porque  lo que más quiero es poder nacer y compartirlo todo con vosotros, mi familia.
Ahora estoy triste todo el rato, pensando que en poco tiempo ya no seguiré aquí y que no podré conoceros a ninguno de vosotros, pero si es lo que realmente queréis pues yo no puedo hacer nada.
Discutís y decís que soy un error que no debería de haber ocurrido, aunque en realidad no queréis deshaceros de mi, pero pensáis que es la mejor opción.
Estamos ahora en casa de los abuelos, llevamos aquí ya un buen rato pero no les habéis contado nada de que estás embarazada de mí, esto me pone más triste aun, porque veo que no queréis que se enteren, para que no sufran con mi pérdida.
Pedro y María están jugueteando y me haría mucha ilusión algún día poder estar allí con ellos, pero lo veo cada vez más imposible. Ya es hora de irse de casa de los abuelos, pero vosotros no les habéis dicho nada.
Pasan los días y papá y tú seguís sin saber que hacer conmigo. Ya llevo aquí casi 2 meses. Estáis confusos, seguís convencidos que seré una mera molestia para vosotros.
Vais al médico, así que creo que ya no hay remedio y que pronto os vais a deshacer de mí. El médico os dice que hagáis lo que creáis más oportuno pero vosotros seguís sin saber del todo que hacer conmigo, y yo ya pienso que la vida que pensaba vivir a vuestro lado se desvanecerá en cuestión de segundos.
Volvéis a casa frustrados, ibais decididos a despediros de mí pero no habéis sido capaces de hacerlo, ¡me alegro muchísimo por ello!
Lo habláis mientras Pedro y María se pelean, no podéis pensar bien porque no paran de molestaros. Os escucho que les preguntáis que porqué se pelean, ellos os responden que se han enterado de que estás embarazada y María quiere que sea chica y Pedro que sea chico. Os quedáis muy confusos, no sabéis cómo se han enterado, pero los dos están muy contentos de que yo vaya a venir al mundo.
Al ver el entusiasmo de Pedro y María ya no dudáis que debo nacer y pensáis que si cualquiera de los dos no hubiese nacido vuestra vida no hubiera sido igual. Recordáis infinitos momentos con ellos y queréis que conmigo sea igual.
¡Ya os habéis decidido! Pensáis firmemente en que debo nacer, que aun que pueda haber problemas económicos no vais a privarme de poder estar con vosotros. ¡Soy muy feliz! Al fin todo lo que había pensado vivir a vuestro lado se va a hacer realidad.
Estáis muy contentos por la decisión que habéis tomado y decidís contarles la gran noticia a los abuelos. Ellos se llenan de alegría al saber que van a tener un nieto más junto ellos.
Han pasado casi nueve meses y noto que he crecido mucho desde el principio, tú ya estás en reposo y de baja, dentro de muy muy poco llegaré.
Noto como que algo me empuja, estoy demasiado a gusto aquí dentro, pero quiero salir para estar a vuestro lado. Te oigo gritar y veo una luz.
Ha sido un trago un poco desagradable para ambos, pero gracias a Dios… ¡Al fin estoy aquí! ¡Mil gracias por haberme querido!

Comentarios