Ángel Pérez Trasancos (Mi abuelo en la Bolsa)



MI ABUELO EN LA BOLSA

Impresiones de mi abuelo en la bolsa de comercio

A mi abuelo le encantaba donde estaba situada la Bolsa. Ubicada en la plaza de la Lealtad, cerca del museo Thyssen, el museo del Prado, la Iglesia de los Jerónimos, y la Real Academia.

Lo que mas le gustaba a mi abuelo era cómo era la bolsa, el ambiente. La negociación empezaba a las 10:30 y terminaba a las 11:45. Se hacía todo a viva voz. Cuando el comprador decía “tomo”, quería decir que compraba. Cuando el vendedor decía “doy”, quería decir que vendía. “Hecho” quería decir que estaba conforme con el precio. Todas estas frenéticas operaciones se realizaban en diversos corros, el corro de los bancos, inmobiliarias, químicas, transporte… Todas estas operaciones se planteaban al terminar. Era entonces cuando mi abuelo decía: “Tomo de todo”. Al estar cerrado ya todo, era de broma, y el dice que en ese ambiente de seriedad a lo mejor no tendría que decirlo.

Mi abuelo suele decir que la bolsa es el mejor trabajo del mundo. Nunca sabes lo que va a suceder, que valores van a bajar, cuales van a subir… Esta imprevisibilidad lo hacía muy atractivo. Los días que no había bolsa, mi abuelo estaba siempre viendo las noticias que podían hacer que variase el valor de cada acción. Lo vivía mucho.

Las jornadas de trabajo en la bolsa no eran como las de ahora. Después de realizar todas las operaciones, había que estar casi diez horas formalizando todas las transacciones realizadas. Estas operaciones se hacían por la mañana a viva voz, por lo que no había constancia, tenía que haber confianza total entre comprador y vendedor. La gente si se cogía vacaciones, pero a mi abuelo nunca le han gustado. Trabajaba prácticamente todos los días de la semana. Además, todo se hacia a mano, por lo que era muy aburrido estar diez horas al día transcribiendo datos.

Lo único que se bebía en la bolsa era zumo de limón. Mi abuelo dice que la bolsa tiene muchas ventajas que otros negocios no tienen. La liquidez sobretodo. Si tienes algún problema y necesitas dinero, la Bolsa te garantiza que vas a tener un ingreso en el banco ese mismo día. Para él, el secreto esta en diversificar. Aunque creas que un valor es muy bueno, tienes que invertir en muchos, no sólo en ese, ya que pueden suceder múltiples cosas que hagan que te arruines. Tampoco hay que especular. Tienes que apostar por unos determinados valores, y acarrear con ellos, rezando para que no bajen. No es bueno comprar unos hoy, venderlos mañana, comprar otros diferentes…

Una cosa que mi abuelo siempre ha criticado de los bancos, las grandes empresas… es el apalancamiento que tienen, pidiendo dinero a otros bancos aún teniendo mucha deuda, y acumulando más y más.

Había muchas expresiones en la jerga de la Bolsa; Cuando alguien iba presumiendo de que había comprado un valor que había subido mucho, se le solía decir: “Lo que hay en el mar es pesca, en la barca pescado”, que quería decir que hasta que no tuvieses el ingreso, no estaba nada seguro. Otra expresión era: “Si quieres tener acción, pertenece al consejo de Administración” que significaba que en los Consejos de Administración de las empresas se sabía todo antes.





Mi abuelo quería destacar la figura de Pedro Rodriguez Ponga, el que fue síndico de la bolsa de Madrid desde el 1965 al 1977, y posteriormente presidente de la Federación Mundial de Bolsas. Mi abuelo destacaba de él valores que el considera muy importantes: Prudencia y trabajo (decía que nunca había trabajado menos de diez horas), tener tiempo para consolar a los demás,saber que no siempre se tiene la razón y dar importancia a la palabra.

Mi abuelo estuvo en la bolsa desde el 1945 hasta el 1985. Dice que desde que entró en el 45 hasta que salió la bolsa en realidad no cambió mucho. Algún proceso se mecanizó, pero en general la esenci Quiere dejar claro que el no era Agente de Bolsa. Se le llamaba “dependiente habilitado”, que quería decir que la gente confiaba en él para negociar los precios de las acciones, por lo que yo creo que es más importante, ya que confiaban su dinero en él.

Aun hoy, mi abuelo sigue pendiente de la bolsa, y todas las tardes me llama para que le diga los cambios de bolsa, que si ha subido el Satander, que si ha bajado Inditex… A mi no me importa decírselo, y poco a poco me voy interesando más acerca de esos temas y sabiendo más acerca del funcionamiento de la Bolsa.

Mi abuelo se queda impresionado cuando con una función del móvil le digo cual es el estado de la Bolsa mediante la voz, y recuerda las dificultades que tenían antes para saber las cotizaciones, normalmente en el ABC, pero tenía sus problemas, por ejemplo no se actualizaba. Sin embargo, aquello le daba cierto encanto que ahora, al estar todo informatizado, no tiene. Antes era todo mucho más familiar, se conocían casi todos, pero ahora son gente que lo único que busca es el dinero, que no le apasiona la bolsa, como a mi abuelo.

Últimamente con la crisis, la Bolsa casi sólo baja, pero aun así, mi abuelo lo sigue revisando todos los días con la esperanza de que sus valores favoritos suban. Además, está todo el día escuchando la radio para estar enterado de todo el primero.

En resumen, mi abuelo es una persona que prácticamente ha dedicado su vida a la bolsa trabajando en larguísimas jornadas, pero que aun así le seguía pareciendo el trabajo más maravilloso del mundo, y ha conseguido que a su nieto también le empiece a gustar todo ese “ambiente”.

Ángel Pérez Trasancos

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