Jaime López Villar (Recuerda este día)




RECUERDA ESTE DÍA

Querido hijo; cuando leas esto ya será demasiado tarde para abrazarte, para poder explicarte esas miles de historias que dije que te contaría , para poder tocarte esos mofletes tan rojos, suaves y gordos que por lo menos apreciaba cuando tenías tres años , para poder besar en la frente a tu madre  como siempre hacía al volver de las expediciones.
Me veo obligado a resistir, a luchar, a vivir el mayor tiempo posible con estos hombres de los que me enorgullezco, estos hermanos que me han acompañado siempre en todas mis batallas, dejándose la vida por cada soldado que luchaba a su lado. Ya sabemos que necesitáis tiempo, que cada minuto que aguantemos y resistamos es un regalo del  mismísimo Olimpo para los hombres y mujeres de toda Grecia. En estos momentos no importan los problemas que había entre todos nosotros, entre todas las metrópolis que no han parado de enfrentarse hasta ahora, que el lobo ha abierto la boca, y que con sus tremendas fauces ha llegado para esclavizar y arrasar con todo lo que encuentre. Hoy más que nunca, desde  Atenas a Esparta, todos los griegos  debemos de estar unidos. Informa a las demás metrópolis de lo sucedido.  Reúne a todos los hombres en edad para luchar, motívalos, hazles creer en ellos mismos, que luchen por sus familias, por lo que más desean, y lo hagan notar en la cara de los persas. Puede que nos superen en número, pero no en valentía, no en honor, no en amor, no en voluntad.
Hijo mío, vale más la voluntad de un hombre que el propio mundo.
Hijo escucha atentamente, no es momento para llorar por mi próxima muerte, no hay lugar para el miedo en tu corazón, ahora eres tú el que debe guiarles y protegerles en la batalla, eres su luz, lucharán todos por ti. Cuando sientas la batalla cerca de su comienzo sentirás miedo, angustia, horror, sobrellévalo y enfréntate a ello, eso será buena señal, significará que ya te habrás convertido en uno de nosotros. Ya no serás ese joven que se divertía luchando con palos de madera y que atendía a los sabios con gran interés, ya nunca más serás un niño, ahora eres un emperador ¡HIJO!  Es para lo que has nacido, tarde o temprano sabes que llegaría este momento, es lo que llevas esperando desde que naciste, aquí comienza tu historia, no la dejes gobernar por la cobardía, sobrellévala y todo fluirá.  No te asustes si te tiemblan las manos ahora, a todos nos ocurre cuando se aproxima una batalla, con esto no te quiero decir que disfrutes de éstas, su recuerdo me pudriría por dentro de no ser por ti y tu madre. Si crees en ti todo será posible, ten fe en ti Hijo, porque con fe sobrepasarás todas las dificultades que tengas en la vida.
Recuerda que el día en que naciste todos reían y tú llorabas; vive de tal manera que cuando mueras, todos lloren y tú rías.
Os quiero. 
Y por favor, dale esta otra carta a tu madre.

Comentarios