Lentum
Mortis: La extinción
El dolor que sentía en
mi brazo izquierdo se hacía mayor cada segundo que pasaba, me dejé caer en el
sucio asfalto y apoyé la cabeza en el suelo, Al principio las manos no las
sentía. Con los ojos vidriosos intenté buscarle a él, seguía sin verlo, giré la
cabeza y observé mi brazo, solo distinguí color rojo en él, golpeé mi hombro
izquierdo con las pocas fuerzas que me quedaban, y en efecto, no lo sentía
tampoco.
Oí zancadas que se
acercaban más y más hacia mí, con un ritmo constante, mi corazón latía fuerte,
él llegó hasta mí, y me levantó la cabeza.
“¡Aguanta!, ¡Claire,
Claire… mírame!” Me gritó.
Ya no podía verle ni
sentir nada, solo escuchaba, y le escuché a él llorar, no quería oírle llorar y
menos perderle, pero oí otras voces de fondo, lo habíamos conseguido, Aaron lo
había conseguido.
Georgia. Estados Unidos
“Si vamos hacia el
Norte nos será más fácil encontrarles.” Sentenció Aaron, arrebatándome el mapa
de mis manos.
“¿Cómo te encuentras?”
Me preguntó.
Me encogí de hombros y
continuamos caminando.
“¿Por qué los
científicos tuvieron que escoger Atlanta?” Le pregunté, el cual me devolvió una
sonrisa melancólica.
“Creo que esa pregunta
ya no importa Lana, solo tenemos que sobrevivir, y evitar que nos muerdan,
claro”
Asentí y él se giró
hacia mí.
“Te quiero Claire, y
vamos a salir de esta juntos ¿De acuerdo?”
Aaron besó mi mejilla,
y ante ese acto me sonrojé cual niña pequeña sin saber que lo que decía no iba
a cumplirse, ya que la muerte se situaba a demasiada velocidad detrás de mí.
Continuamos caminando
silenciosamente por la ancha, larga y desierta carretera por unos minutos, pero
algo me olía mal.
“Quédate ahí Lana, al
fondo veo algo” Aaron cargó de nuevo su escopeta y comenzó a andar rápidamente.
“¡No te muevas!” Me
gritó.
Saqué mi pistola y
comencé a apuntar a la nada, mi respiración se entrecortaba debido al miedo, Aaron
estaba tardando, y comenzaba a escuchar ruidos desde el bosque que se situaba
junto donde yo estaba.
Entonces fue cuando uno
de ellos se hizo ver, era un monstruo, o un zombie, como queráis llamarlo, una
de las desafortunadas personas infectadas por el virus más peligroso que existe
hoy en día.
Los síntomas de este virus, son siempre los
mismos, la piel es sustituida por el tejido muscular, ves con dificultad, solo
te puedes guiar por tu olfato u oído, pierdes la razón, y como síntoma final, canibalismo.
Este virus es
denominado como lentum mortis, creado
por dos científicos alemanes con la finalidad de exterminar a ¾ de la raza
humana para regenerarla de nuevo, y que esta no vuelva a cometer los errores
que ha cometido en estos últimos siglos.
Estos dos alemanes
decidieron soltar este virus por mi país, según se dice, Estados Unidos fue
seleccionado de forma aleatoria, pero todos sabemos que no fue así.
Organizaciones
internacionales estaban haciendo rescates en la frontera de 7 estados de
Estados Unidos: Florida, Missouri, Montana, California, Arizona, Wyomin y
gracias a Dios, en Georgia, dónde Aaron se encontraba y yo por poco tiempo.
El zombie aceleró el
paso y sin tropezarse se acercaba hacia mi, con miedo y nervios le apunté a él,
disparé y cayó al suelo.
Sin aliento me mantuve
en la misma posición, sin darme cuenta que otro zombie que venía detrás de mi,
estaba arrancando parte de mi brazo derecho con su mugrienta mandíbula.
Me giré de golpe y
apreté el gatillo, atravesando el cráneo del zombie que estaba frente a mí.
Momentos después, Aaron
ya estaba llorando mi muerte, debido a que las causas del contagio son los
mordiscos o arañazos de esas bestias, el tiempo del contagio puede variar,
debido a la salud que tenga la persona infectada, si recordamos que yo llevaba
meses intentando sobrevivir de zombies, comía frutas y algún mamífero pequeño
que no estuviera infectado, pues podemos llegar a la conclusión de que mi
transformación fue relativamente rápida, por suerte las últimas voces que oí
antes de convertirme fueron de voluntarios de las organizaciones
internacionales de rescate, me dispararon en la sien, y evitaron mi
transformación.
Aaron
consiguió sobrevivir aunque terminó integrándose en el voluntariado de las
organizaciones internacionales que habían salvado su vida, aunque siempre
estuvo afectado por mi muerte.
Respecto a la cura de
este virus, no se encontró. Se consiguió extinguir por el momento, pero no eliminarlo del todo.
Os preguntaréis el por
qué… Yo soy el por qué, cuando un zombie
era asesinado, nuestro deber era quemarlo, eliminar sus restos, y eso fue algo
que no hicieron conmigo, principalmente porque Aaron no quería que yo terminara
así, por lo que me enterró, sin saber que animales comerían mis restos y que en
poco tiempo, terminaría contagiando a todo el mundo.
Los creadores del virus
tenían la cura, pero se fueron con ella a la tumba, cumplieron su objetivo,
pero algo modificado, debido a que en vez de eliminar ¾ de la población, fueron
los causantes de la extinción de la raza humana.
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