¿Azul
y negro o blanco y dorado?
Últimamente en las
redes sociales se ha estado hablando mucho sobre un vestido que algunas
personas ven de color el azul y negro; y
otras, blanco y dorado. Los diseñadores del mismo han confirmado que el vestido
original es azul y negro; pero aun así, algunos son incapaces de verlo en esas
tonalidades.
Esta situación,
ocasionada tal vez por un efecto óptico, me ha hecho reflexionar en que esta
distinta forma de verlo, se parece a la variada visión que tiene cada persona
de lo que es la vida. Esto no solo se ve reflejado en el vestido, sino con
muchas cosas más en la vida. O es que nunca te han preguntado: ¿Papá o Mamá?
¿Madrid o Atleti? ¿Rubias o morenas? Y has tenido que decidir sobre todo en las
dos últimas, porque resulta casi imposible decidir sobre tu padre o tu madre.
Dejando el tema de Papá
o Mamá, y volviendo al de las diferentes visiones de la vida, está demostrado que
cada ser humano es diferente, único e irrepetible. Muchas veces a lo largo de
la vida se tienen fuertes discusiones con familiares, amigos o incluso parejas
por no estar de acuerdo sobre un tema; y es que, como defiende el relativismo,
no existen verdades absolutas porque no existe ningún criterio absoluto que
permita evaluar que una creencia es verdadera.
Apartándonos del tema
de las discusiones, que siempre estarán ahí, nos volvemos a centrar en el de
las distintas perspectivas de la vida. ¿O es que acaso un cristiano, ve la vida
de igual manera que un judío, un budista, un islámico un hinduista? No, en las
religiones, también existen diferentes visiones de la vida. En este aspecto, en
mi opinión, siempre nos debemos mantener más o menos neutrales, porque los
extremos nunca son buenos. En este caso los extremos nos llevarían al
etnocentrismo, que este a su vez podría derivar en racismo, o por el contrario,
podríamos llegar al relativismo cultural, es decir, seriamos tolerantes con
todo y ante todo.
En el mundo del
deporte, también se da este tema. ¿Madrid o Atleti? ¿Barsa o Espanyol?
¿Valencia o Levante? ¿Bilbao o Real? Cada uno es libre de elección y no por ser
de nuestro agrado, debemos juzgarle de diferente manera. Si en el mundo del
deporte, llevamos las diferentes visiones de la vida a los extremos, podemos
ver discusiones dentro de los aficionados de un mismo club, una misma
“familia”: si debería jugar tal portero; que si el otro; que si este delantero
o el otro.
Muchas veces, pensamos
que vale, que sí; que cada uno tiene su visión de la vida y que da igual, pero ¿Y
los políticos? Esos señores encargados de dirigir un país, esas personas que no
son capaces ni de ponerse de acuerdo para el propio bien de país entero y que
muchas veces entran en disputas ridículas, simplemente por el mero hecho de no
admitir sus errores, ¿qué ocurre?
Yo creo que en todas
las visiones hay un punto medio, y por muy radical que seas, debes observar la
vida partiendo siempre desde la objetividad. No debemos cerrar los ojos y
ceñirnos en que lo que nosotros hemos dicho sea es lo correcto y tengamos
siempre la razón. Porque muchas veces una simple palabra, nos lleva a disputas innecesarias,
una simple palabra que nos cuesta mucho “tragar” nos lleva a pasar momentos
difíciles. Esa simple palabra, que para muchas ocasiones es buena, pero que
para otras no tanto, y con la que debemos saber convivir es el orgullo.
Cada persona debe estar
orgullosa de lo que es y lo que tiene, aunque muchas veces nos cueste tanto
admitir nuestros errores y pedir perdón simplemente por mantener nuestro
orgullo intacto.
Pero en definitiva,
vosotros ¿cómo veis la vida? ¿Azul y negra o blanca y dorada?
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