Proteger
la familia
Pensando qué tema podía
escoger para hacer este relato, me surgió una idea después de oír hablar a mi
padre sobre un tema que me pareció muy interesante, cómo proteger a la familia.
Le pregunté que a qué se refería y me contestó que se trataba de proteger la
economía familiar a consecuencia del fallecimiento o invalidez de uno de los
padres activos, laboralmente hablando. Es evidente que la muerte
anticipada de uno de los progenitores
podría suponer un detrimento de los ingresos de la unidad familiar y por tanto
acarrearía un problema grave a la economía de esa familia. Son los llamados
seguros de vida. El
seguro de vida es un instrumento financiero poderoso, cuya función es asumir el
papel del jefe del hogar como abastecedor de dinero cuando este no puede seguir
aportándolo.
Despertó de tal manera en mí el interés que
busqué en internet en qué consistía este tipo de coberturas. Se trata de cubrir
a través de un seguro para esta contingencia un capital que sea suficiente para
poder mantener el mismo nivel de vida o parecido. Investigando un poco más
descubrí que en España, a pesar de ser una necesidad muy alta, el porcentaje de
personas aseguradas correctamente o con capital suficiente es muy bajo por
tanto existe un gran problema en este sentido ya que las pensiones en nuestro
país son relativamente bajas, prácticamente de subsistencia. También investigué
la misma situación en otros países, al parecer en Estados Unidos y otros países
europeos están mucho más consolidadas estas filosofías, es decir, existe una
conciencia más alta de este tipo de protección familiar.
Cuando hablamos de este
tipo de protección, podríamos pensar que son muy caros o que no están al
alcance de una familia de clase media. Mi sorpresa ha sido que son relativamente
baratos, y a modo de ejemplo el precio de asegurar 400.000 euros para una
persona de unos 50 años equivaldría a un sueldo de 40,000 euros durante 10
años, y la prima valdría 1.700 euros al año.
Cuando formamos una
familia, lo hacemos con la ilusión de brindar a nuestros seres queridos una
vida íntegra, digna, plena y feliz.
Esto implica contraer
con ellos, necesariamente, un compromiso moral: el de darles amor, cariño,
alimentación, techo, vestido, salud, distracciones, protección.
Sin embargo, como dicho
compromiso depende de nuestra permanencia en el mundo, tenemos la
responsabilidad de protegerlos, en caso de que llegásemos a faltar, mediante
mecanismos que aseguren la continuidad de su nivel de vida por un periodo,
hasta que puedan valerse o generar ingresos por sí mismos. Y es que la familia
es una unidad económica. La familia lo es todo. Es donde nacemos, nos criamos,
donde aprendemos, donde descubrimos valores tan importantes como el amor o la
unidad, donde creamos proyectos de vida, donde nos sentimos apoyados, etc.
Cómo si no fuera ya
suficiente con perder a un familiar que hace de base en la familia para que
además por motivos económicos y por falta de previsión tengas afrontar un
cambio de vida brutal y a peor. Tener que cambiar de colegio o incluso tener
que abandonar tus proyectos de futuro. Tener que, además de afrontar una
pérdida, rehacer tu vida.
Evidentemente hay
familias que no necesitan esto, ya que se encuentran bien respaldadas
económicamente.
El seguro de vida es
una de las opciones que tenemos para proteger a nuestra familia contra un apuro
financiero y que además nos proporcionará una tranquilidad adicional en el día
a día sabiéndonos respaldados ante hechos desagradables que nos puedan
sobrevenir y que no son tan infrecuentes. Aunque lo mejor sería no perder a
nadie y no tener que afrontar tal situación, es importante vivir con la
seguridad de que vamos a tener los medios necesarios para seguir con nuestra
vida adelante.
Marina Rosa González.
1º bachillerato B.
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