QUERIDO
ANDREAS
¡Ring ring! 24 de marzo de 2015,
como todos los días sonaba mi alarma a las 7:25 de la mañana. Recuerdo que no
me encontraba bien, así que tras una mala noche mi madre me aconsejo quedarme
en casa, y así lo hice. Desde primer momento de la mañana, parecía que este no
iba a ser un día cualquiera. En la puerta de mi casa unas maletas. Las maletas
de mi padre, que ese mismo día, 24 de marzo, sobre las 3 de la tarde cogerá un avión
rumbo a República Dominicana para ver a mi tía abuela, que parecía encontrarse
mal, y ya de paso visitar a la familia. Decidí dormirme un rato mas y despedir
a mi padre para desearle un buen viaje. Pero justo antes de que mi padre
saliera por la puerta, encendí el televisor. No me lo podía creer. Un avión
acababa de estrellarse contra los Alpes, justo en el mismo día del vuelo de mi
padre. Este fue capaz de enterarse, pero tampoco le dio mucha importancia.
Pasadas las horas yo decidí contárselo a mi madre, ya que a ellas le aterrorizan
los aviones, una vez que el vuelo de mi padre ya había llegado sano y salvo a
Santo Domingo, capital de República Dominicana.
Las horas seguían pasando y los
informativos seguían informando de lo ocurrido. Empezaban a salir a la luz las
primeras fotos de los daños causados por el avión y su desintegración total.
Al día siguiente, al volver del
colegio, encendí la televisión. Ya habían encontrado la primera caja negra. Al
parecer habría sido un suicidio del copiloto. No me lo podía creer. Lo primero
que se me paso por la cabeza fue que cómo alguien era capaz de hacer eso. No
solo por su muerte, sino por la de los 150 pasajeros que viajaban junto a él.
Cada vez iba saliendo más
información a la luz. Al parecer el piloto, salio de la cabina, dejando al mando
del avión al copiloto, debido a que necesitaba ir al aseo. A la vuelta del baño,
se encontró con que la puerta de la cabina estaba bloqueada. Puso los códigos
de seguridad en la puerta, pero no podía pasar. Al parecer Andreas Lubitz
estaba bloqueando la entrada desde dentro. Todas esas medidas de seguridad que
se impusieron, tras el atentado de las Torres Gemelas, estaban resultando
negativas. Quién podía imaginar que un copiloto las iba a usar en contra de su
piloto y toda la tripulación.
Seguían pasando las horas y los
medios de comunicación ya tenían el control de todos los puntos. Una persona en
los Alpes, otra en el aeropuerto de Barcelona, otra en la casa de Andreas y
otros en los plató de Madrid, en los programas matutinos.
Salieron las grabaciones de voz de la caja negra. El piloto al ver que
estaba activado el bloque de las puertas de la cabina, empezó a golpear la
puerta, pero en el interior solo se escuchaba la respiración profunda de
Andreas, que prefería no contestar. El final, todos los sabéis, el avión quedo
demolido.
Los equipos de investigación y
salvamento se pusieron manos a la obra. Salvamento, debía llegar en helicóptero
a la zona del accidente para empezar a sacar los cuerpos, que hoy en día siguen
allí. Investigación por otra parte, decidieron inspeccionar la casa de Andreas
en su pueblo natal de Alemania. Al parecer Andreas era un hombre normal y
tranquilo. Hacia deporte y nunca había tenido un altercado con sus vecinos,
según informaban ellos. Pero unos días después…BOOOM! Salió a la luz, se había
encontrado unos informes médicos, que daban de baja a Andreas por sufrir depresión.
Al parecer, él los había recibido y decidió triturarlos para ocultarlos. Nadie sabía
nada de esto ni por qué decidió ocultarlos a los demás.
Mientras todo esto ocurría, los
familiares de las victimas acudían al lugar del accidente, incluidos los
familiares de Andreas.
A día de hoy, no se sabe el
porque de este homicidio, porque al fin y al cabo es un suicidio ligado a una
serie de homicidios. Lo único que es perceptible es el dolor de las familias
afectadas y el de sus propios padres, que lo uno que son capaces de pensar es:
QUERIDO
ANDREAS, POR QUÉ NOS HACES ESTO
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