VIDEOJUEGOS
COMO TRABAJO
Hola, me llamo
Alexander y os voy a contar mi historia,
Nací hace 25 años en un
poblado de Rusia, por la zona de Siberia en el seno de una familia humilde de
clase trabajadora. Tengo un hermano mayor llamado Vladislav, al que le apasionaban los videojuegos. Por aquel
entonces, no tenía especial interés en ellos, la única relación que tenía con
los videojuegos era que durante mi infancia, solamente veía jugar a mi hermano durante horas, era lo único
que me gustaba hacer.
Un día durante el
recreo del instituto, como hacía siempre, me reunía con mi grupo de amigos para
charlar un rato. Jamás olvidaré aquellos cortos 25 minutos. Al principio del
recreo comentábamos algo que nos hubiese ocurrido en clase o alguna anécdota del
profesor, hasta que de repente mi amigo y a día de hoy compañero de trabajo
Egor, dijo: ¿habéis oído hablar de un juego que se llama Dota? Todos nos
quedamos sorprendidos ya que nunca habíamos
oído hablar de ese juego en nuestra vida. Según nos iba diciendo Egor
consistía en un juego multijugador on-line en el que dos equipos luchan. Tanto
nos gustó oir hablar de ese juego que decidimos quedar el viernes en el cyber
café del pueblo a probarlo.
Ese viernes, después de
las clases fuimos rápidamente a aquel novedoso lugar en el que podíamos
conectarnos a internet a cambio de unos
rublos por hora. Era el único sitio de la comarca en el que había más
ordenadores juntos con conexión a internet en un espacio de unos 90 metros
cuadrados.
Cada uno instaló el juego
en su ordenador del cyber y rápidamente nos pusimos a jugar. Lo primero que
nada más abrir el juego vi, fue una pantalla súper colorida y brillante, con
monstruos, hechizos, animales mitológicos en el fondo; todo aquello acompasado
con una música con un ritmo un tanto épico que lo primero que te venía a la
cabeza cuando escuchabas eso era una sensación de profunda emoción.
Rápidamente buscamos
partida los cinco, formando un equipo y no tardó mucho en encontrarnos a otras
cinco personas para jugar… después de esa partida en la que perdimos pero que
nos lo pasamos tan bien como si hubiésemos ganado, nos dieron ganas de aprender
a jugar, practicar, entrenar y todo eso que haces para ser bueno en algo que te
apasiona.
Empezamos a jugar todos
los viernes, pero se nos quedaba tan corto que decidimos ir al cyber todos los
días del fin de semana. Así pasaron los meses hasta que vimos que estábamos
mejorando como equipo y nos metimos en
nuestra rutina el ir a aquel cerrado, lumínico y silencioso lugar cada día de
diario.
Los años iban pasando
pero a nosotros nos seguía gustando el juego como el primer día. Hasta que un
día, en el apartado de nuevas tecnologías del periódico local dedicaron un
apartado a nuestro juego, en el que hacía publicidad de un torneo que se iba a
celebrar entre varios equipos de diferentes regiones de Rusia… lo que más me
llamó la atención es que hubiese tantos
frikis como nosotros que jugasen tanto a ese juego y que compitiesen… el equipo ganador se
llevaría un premio en metálico equivalente a unos 50 dólares… sin dudarlo, nos
apuntamos los 5, a ver qué pasaba.
Aquel día, fue el
comienzo de todo… cogimos un autobús, rumbo a la ciudad en la que se celebraba
ese evento. Durante el camino, seguía reflexionando sobre aquello, estaba profundamente
impresionado. Llegamos al lugar y pasamos allí todo el día, ganamos la
competición así que el esfuerzo no fue en vano…
Desde ese día,
empezamos a participar en todos los eventos de este tipo tanto regionales,
nacionales. Hasta que un día dimos el gran salto y participamos en una
internacional a día de hoy, mucha gente de otros países nos apoya. Creo que
tenemos hasta un club de fans que nos hace donaciones periódicamente. Dejamos
de estudiar para dedicarnos plenamente a esto pero hoy a veces me arrepiento de
haber tomado esta decisión que me llevaría a una vida de una aparente soledad y
monotonía a cambio de vivir de lo que hoy llaman “e-sports”. No me imagino
vivir de esto con 45 años.
Yo sinceramente, lo
llamo pasarlo bien con amigos.
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