Esta
es mi historia
Haciendo
honor a la teoría de la marginación, decidí romper con mi modo de vida previo.
Había
sido pastor desde muy pequeño, en un pueblo de Cuenca. Mi padre murió antes de
que yo naciera, y mi madre falleció en el parto, por lo que quedé huérfano. Me
mandaron a vivir con mi abuelo, que desde muy pequeño me hizo trabajar duramente
pastoreando las cabras. No obtuve los tratos que un niño deba, ni quiera
recibir a esa edad. Por ello, un día, pastoreando cerca de las vías del tren,
al ver pasarlo me subí a un vagón y dejé de lado la vida de pastor en el
pueblo, y sobre todo, a mi abuelo.
Sabía
que ese tren se dirigía a Madrid, donde vivía mi hermana a la cual no conocía,
ya que al morir mis padres, nos separaron a los dos. Nada más llegar, empecé a
buscarla, era mi única oportunidad para tener una buena vida en la gran ciudad.
En aquel entonces Madrid no era tan grande como lo conocemos ahora, pero aun
así encontrar a una persona entre la cantidad de gente que vivía allí era algo
muy difícil, y más en esa época, pero tras unos días con paciencia y tesón
conseguí dar con ella.
Comencé
mi vida en Madrid viviendo con mi hermana, y empecé a ganarme la vida
trabajando en temas de cerrajería y otros trabajos de ese tipo. Poco a poco,
con esfuerzo conseguí ganar importancia y fui ascendiendo en los puestos de la
empresa en la que trabajaba.
A
todo esto, una noche salí con un amigo, y conocí a una chica, una chica que al
cabo del tiempo acabaría siendo mi actual mujer. Pero esa es una historia que
prefiero reservar para mí.
La
vida en la ciudad me iba bien, tenía un buen trabajo, mi hermana, amigos que hice
y una mujer. Pero quería algo más, necesitaba algo más.
Decidí
montar una empresa, llevaba casi toda mi vida trabajando en temas de cerrajería
por lo que tenía un gran conocimiento y destreza como cerrajero, y creé una
empresa de puertas, a la que puse mi apellido “Gismero” de nombre.
Y
lo que comenzó siendo un pequeño negocio de puertas y cerrajería, en la que yo
y unos pocos trabajadores más eramos los únicos componentes, acabó siendo una
gran empresa de puertas cortafuegos y acústicas, que al cabo del tiempo se
fusionó con el grupo “Demesel” y fue una de las empresas más importantes de
España en este sector.
Tuve
3 hijos, que acabaron siendo los jefes de la empresa a mi jubilación, y que más
tarde me dieron 6 nietos.
Espero
que mi historia os sirva de alguna manera para algunas situaciones que se os
presenten en la vida, y si no, al menos, para aquellos que hayáis querido
escucharla.
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