Desde pequeña había escuchado a mis abuelos hablar y
contarme historias de cuando eran jóvenes, mi abuela siempre me repetía: “Cuando
tu padre nació en Ginebra…” y continuaba con una historieta, diferente
cada día, que conseguía captar toda mi atención hasta que finalizaba. Pero
nunca se me había ocurrido plantearles todas las dudas que me surgían cada vez
que les escuchaba hablar o recordar momentos de esa época o simplemente
preguntarles por aquella historia que tanta intriga generaba en mi cada vez que
lo pensaba.
Una tarde, después de una de las típicas comidas
deliciosas de mi abuela, de esas en las que si pruebas una cucharada más
explotas porque has accedido a comerte hasta la última cucharada de ese plato
que sobresalía por los lados… me encontraba sentada en el sofá ; a la derecha tenía a mi abuelo y a la
izquierda tenía a mi abuela y de pronto miré a mi abuelo y le dije: “Abuelo,
sigo sin entender que se os perdió en Suiza…" y acto seguido sus caras se
iluminaron , empezaron a reír y mi abuela sin
darme tiempo para reaccionar comenzó: “ Eran los años 60 y tu abuelo y
yo estábamos recién casados y debido a la situación laboral de España en ese
momento, decidimos que irnos a Suiza era la mejor opción para nuestro futuro. Tu abuelo fue unos meses
antes y allí efectivamente comprobó que había las oportunidades de trabajo que
íbamos buscando. Y así fue pronto nos encontrábamos allí con una maleta pequeña
que compartíamos los dos, un poco asustados he de reconocer pero con muchas
ganas de trabajar y sobre todo mucha ilusión. Tu abuelo trabajaba pintando
coches en un pequeño taller, trabajaba duro todos los días ni si quiera tenía
descanso los sábados y domingos… Por otro lado, yo trabajaba limpiando
oficinas, una de ellas era la de la ONU y nunca se me olvidara el día que asesinaron a Kennedy fui una de
las primeras personas en enterarme, antes de que hicieran pública la noticia, se formó un
alboroto tremendo y pronto pude leerlo en los logotipos. Trabajé 5 años
hasta que nació tu padre, aunque tu abuelo seguió trabajando ya que mandábamos
parte del dinero que ganábamos a nuestros padres para ayudarles. Recuerdo con
mucho cariño esos años de mi vida, a pesar de que la vida allí era difícil por
el idioma que poco a poco íbamos dominando, hicimos muy buenas migas con los
demás españoles y creamos un fuerte vínculo entre nosotros al encontrarnos
lejos de nuestras familias.
Estuvimos allí hasta el año 1974 que decidimos volver
aquí, cuando conseguimos ahorrar el dinero suficiente para comprarnos una casa.
El franco suizo era mucho más valioso que las pesetas y nos permitía ahorrar
mucho más. Gracias a esos años desde que nos jubilamos hemos podido cobrar una
pensión desde Suiza que complementa la que nos da la Seguridad Española, no fue
una decisión fácil pero ya lo creo que mereció la pena. “
Cuando terminó me costó volver la realidad porque me había enganchado
completamente, por fin comprendí todo y aunque todavía hoy sigo teniendo muchas
dudas que les sigo preguntando y nunca me canso.
Mi padre no me para de repetir que a mi hermano y a mí nos
tocará irnos a trabajar a países extranjeros aunque la economía es global ahora
mismo mis abuelos ya lo comprobaron hace 50 años. A veces la vida te lleva a
donde menos te lo esperas y tienes que tomar decisiones duras pero necesarias
para labrar tu futuro.
La historia de mis abuelos me parece un claro ejemplo,
una experiencia llena de valentía para compartir.
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