Rendirse
no es una opción
Mi nombre es
Musa, he salido de muchas situaciones adversas en mi vida y he vivido diversas
experiencias que me han enseñado que en esta vida nunca hay que rendirse, ahora
me gustaría compartirlas con vosotros.
Tengo 35 años, nací
en Haití y me crié ahí en una familia muy pobre y con falta de recursos de
alimentación e higiene. Vivíamos en una zona en la que había muchas otras
personas que vivían en las mismas condiciones que nosotros. Todos íbamos a
lavarnos al río por las mañanas porque no teníamos agua potable en nuestras
casas, y ya de paso, también aprovechábamos para lavar nuestra ropa allí.
Nuestro recorrido no acababa ahí ni mucho menos, luego íbamos a un pozo donde
había agua potable, a unos cuantos kilómetros a pie desde el río, a beber agua
y recogerla en cubos para llevarla luego a nuestras casas y utilizarla para
cualquier necesidad hasta que se nos acabase de nuevo. Esa era mi rutina diaria
todos los días desde pequeño, esa ha sido mi infancia y la de mis hermanos. Solo
gracias a la unión que teníamos entre todos supimos salir adelante poco a poco
y sobrellevar la situación.
El 12 de Enero
de 2010 tuvo lugar lo peor que he podido vivir desde que nací. Ese día hubo un
enorme terremoto con epicentro a 15 kilómetros de la capital de Haití; Puerto
Príncipe, un horrible suceso que sacudió gravemente todo el país dejando
316.000 víctimas y 350.000 heridos. Entre esas víctimas estaban mis padres y 3
de mis 4 hermanos. Mi otro hermano y yo estuvimos al borde de la muerte pero
afortunadamente sobrevivimos sin saber ni cómo, fue un auténtico milagro. Y aun
sigo dando las gracias por tener la suerte de seguir viviendo. La pérdida de
mis padres y de mis tres hermanos mayores fue un durísimo golpe que afectó
mucho en la vida de mi hermano y la mía. Uno de los servicios de rescate que se
encargaba de trasladar a los supervivientes de la catástrofe a otros países nos
llevó a nosotros hasta España, concretamente hasta su capital; Madrid, esa
ciudad que siempre había deseado conocer y que nunca pensé que llegaría a
hacerlo.
Una vez llegue a
Madrid con mi hermano pequeño, cuyo nombre que se me ha olvidado deciros, es
Kolo; nos llevaron junto a los demás inmigrantes que habían sobrevivido al
terremoto a un Centro de acogida muy cerca del estadio Santiago Bernabéu, donde
juega mi equipo, el Real Madrid. En aquel centro de acogida nos trataron muy
bien a todos y nos ayudaron cada vez que lo necesitábamos.
Ahora, han
pasado ya 6 años y he conseguido salir
adelante con mi hermano pequeño gracias a todo el apoyo y cariño que hemos
recibido por parte de todos los ciudadanos españoles con los que hemos tratado.
Vivimos en un apartamento, que no tiene punto de comparación con las chabolas
en las que vivíamos en Haití, con más inmigrantes de allí. Me gano dinero
participando en diferentes servicios sociales y con cantidades mensuales que me
aporta un tío mío que trabaja en Londres y gana mucho dinero.
Con humildad y sacrificio he conseguido
volverme a sentir persona en este mundo en el que nadie sabe lo que puede
pasar. Sobre todo, lo más importante es que tengáis en cuenta que rendirse no
es una opción y que si yo he salido de esta, no hay nada imposible.
Javier Fernández Garrido nº9 1ºB 06-16
Comentarios
Publicar un comentario