Entre
el diez y el doce
Estaba
nervioso, histérico. Llevaba una semana sin parar de pensar en ello, la idea
asaltaba mi cabeza cada dos minutos, y yo no podía más. Había quedado con mis
amigos para verla, y llegué antes de tiempo para poder mentalizarme e intentar
relajarme, pero no había manera. Cuando finalmente me senté minutos antes de
que empezase, recé todas las oraciones habidas y por haber, hasta el pitido
inicial. Ahí todo desapareció, y en mi mente solo existía el partido. Ver a tu
equipo en disputándose con su rival acérrimo una Copa de Europa no se ve todos
los días, y había que estar atentos.
El juego
inicial del Madrid, que le duró una media hora, prometía mucho y parecía que
nos llevábamos la final de calle, pero no fue así. El Atlético intentó
reaccionar lo que derivó en un juego de “tuya-mía” hasta el descanso. Este
juego continuó hasta que el Atlético, para sorpresa de todos, intentó jugar la
pelota buscando el gol, dejando muchos espacios que debieron haber sido
aprovechados para cerrar el partido antes, pero se desperdiciaron las
ocasiones. Y el Atlético marcó la que tuvo. Nos íbamos a la prórroga y viendo
el desgaste, me temía lo peor, pero el equipo dio la cara y salieron al campo a
morir, dominando todo el tiempo extra hasta los penaltis.
Yo, que me
había ido del salón en el penalti errado de Griezmann, no
iba a ser capaz de soportar aquello, y me salí. Una semana después, sigo sin
haber visto 6 penaltis de los 9 tirados. Yo pregunté qué equipo tiraba primero,
y por los gritos sabía como iba la cosa. Mientras, recé todo las oraciones que
me sabía, le pedí a Dios que iluminase a Keylor en la tanda, y según lo hice,
dos gritos seguidos de los del Madrid. Eso solo podía significar que el
Atlético había fallado. En ese instante se me paró en mundo, no pensaba nada,
no escuchaba nada, no sentía nada; se hizo el silencio…
Y en ese
silencio estalló un grito de rabia contenida únicamente equiparable al minuto
92:48 del 24 de mayo del 2014. Asaltado por las emociones me puse a llorar como
una niña a la que le quitan su muñeca, no me lo podía creer. El Real Madrid lo
había vuelto a hacer. El Real Madrid había vuelto a conquistar su tesoro más
preciado. Y es que eso es el Real Madrid, una camiseta blanca, un escudo
redondito y muchas Copas de Europa. Y todo esto hace tan solo algo más de una
semana…
Hace algo
más de una semana, el Real Madrid Club de Fútbol levantó su undécima Copa de
Europa en el cielo milanés. Hace algo más de una semana, el Real Madrid Club de
Fútbol ganó su segunda Copa de Europa en tres años al Atlético de Madrid, creo
que la directiva ha puesto un anuncio en El Mundo buscando un rival digno para
un derbi decente… Hace algo más de una semana, la diosa Cibeles sacaba sus
mejores galas a pasear ante la atónita y desconsolada mirada de Neptuno, que no
soporta no llevar los pantalones de la relación desde hace más de 100 años. Hace
algo más de una semana el Real Madrid se reafirmaba como el mejor club del
mundo. Hace algo más de una semana el Madrid confirmaba que jugar en Europa es
jugar en casa. Hace algo más de una semana, el madridismo volvía a celebrar
otra de sus gestas habituales, acompañada lógicamente, de la furia y el llanto
de todo el planeta fútbol. Qué gusto. Y es que la envidia global es el tributo
a pagar por ser los Reyes de Europa, y nosotros pagamos encantados. Porque en
eso se resume en realidad la población mundial, los madridistas y los que se
amparan bajo otro escudo haciendo creer que defienden sus colores cuando en
realidad lo que les quita el sueño es el Real Madrid. Antimadridistas de pura
cepa.
Hace algo
más de una semana, Lucas Vázquez daba un paso al frente y se echaba a la
espalda al equipo, diciendo que quería hacer algo grande y pidiendo tirar el
primero. Por si fuera poco, se acercó hacia los once metros como si de un chaval
que fuese a tirar en el patio de su casa se tratase; y cuando se ya había
superado a un paupérrimo Oblak, señalo con rabia el escudo. Los gritos de San
Siro se oían hasta en Concha Espina. Hace algo más de una semana, Juanfran
Torres, fiel canterano del Real Madrid fallaba su penalti para que, acto
seguido, el Bicho despertase y reventase el esférico contra la red. Hace algo
más de una semana, Sergio Ramos volvía a reírse en la cara de todos los
atléticos, que remontaron con la esperanza de repetir la final de Lisboa a la
inversa. Ilusos… Hace algo más de semana Zinedine Zidane conseguía la Champions
como entrenador y jugador, además de conseguirla en su primera temporada en el
primer equipo, algo a la altura de muy pocos. Hace algo más de una semana el
mundo futbolístico se rendía a los pies del Real Madrid, y nosotros volvíamos a
soñar. Hace algo más de una semana los valores del club se vieron reflejados
por gran parte de l plantilla, esos valores que antes habían defendido
personalidades como Don Santiago Bernabéu, Don Alfredo Di Stéfano, Don Juan
Gómez etc. Hace algo más de una semana la frase más recordada de su presidente
más célebre fue hecha realidad por los jugadores. “Y es que la camiseta del
Real Madrid se puede machar de sudor, sangre o barro, pero jamás de
vergüenza”.
Todo esto
hace algo más de una semana…
Javier Ibáñez López
Nº10 1ºA
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