UN
DURO GOLPE
“Te golpearán, una y
otra vez, cada vez que te levantes te darán más fuerte, y sólo habrá una forma
de pararlos, acabar con ellos…”
Recuerdo esas palabras
perfectamente, siempre me las decía mi entrenador antes de cada pelea, me
sirvieron más de lo que quisiera reconocer, y la verdad, no me fue mal, fui
medallista olímpico y conseguí un balance de 61 combates con 57 victorias y 4
derrotas, gané 3 veces el título mundial de los pesos pesados, la primera vez
solo tenía 22 años pero ya se escuchaba por todo el mundo mi nombre, Cassius
Clay, me sentía en una nube y con toda la vida por delante, pero la década de
los 60 no fue nada fácil, mi país, Estados Unidos, entró en guerra con Vietnam,
yo me opuse al reclutamiento de soldados para la guerra, ganándome el odio de
muchos sectores conservadores de la sociedad.
Más tarde, me uní a La
Nación del Islam, y ahí fue cuando cambié mi nombre por el de Muhammed Alí, fue
un gran cambio para mi y no causó mucho agrado, por suerte seguí cosechando
éxitos y a principios de los 70 conseguí el respeto como figura deportiva de
renombre mundial pero nunca abandoné la lucha por los derechos de los
afroamericanos, y pese a mi carrera, siempre estuve en contra de cualquier
conflicto bélico, todas aquellas guerras me parecían estúpidas. Poco a poco me
fui integrando por completo en La Nación del Islam, hasta tal punto que llegue
a decir que solo peleaba por el dinero y estaba perdiendo mi esencia.
Tras una dura época de
mi vida, seguí siendo musulmán, pero me aleje de los sectores radicales, decidí
abrir los ojos y aprendí algo de la gente de cada lugar, la única religión que
vale es el amor y el respeto. Desde entonces he estado adquiriendo una actitud
más espiritual y de compartirlo todo con los demás, nuca me había sentido tan
vivo.
En cuanto a lo
deportivo, en 1978 conseguí mi tercer y último cetro mundial, conseguí llegar a
lo más alto tratando de imitar a mi ídolo, Jack Johnson. Siempre le he dedicado
mis éxitos a mi familia por estar presentes en todo momento, pese a mis
decisiones arriesgadas, aunque en 1981 se acabó mi sueño, mi carrera tocaba a
su fin, ¿el por qué?, me diagnosticaron la Enfermedad de Parkinson, causado por
los golpes que había recibido en la cabeza a lo largo de mi carrera, y al
principio no fue consciente de lo que realmente era esa enfermedad, hasta que
llegaron los efectos graves.
Y hoy estoy aquí en un
hospital, un 3 de junio de 2016, sintiendo q todo se acaba, ya llega el final,
y por desgracia he perdido en este combate, pero antes de irme, quisiera dejar
un mensaje. Los campeones no se hacen en los gimnasios, se hacen de algo que
tienen dentro de ellos. Un sueño. Un deseo. Una visión…
Descansa en paz
campeón.
FIN
Jorge Sánchez
Ganado 1ºB nº 18
Junio de 2016
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