Paula Díaz Ronda (A todos los hermanos del mundo)




A TODOS LOS HERMANOS DEL MUNDO:

Son millones de personas con las que nos cruzamos a lo largo de nuestra vida, millones de caras, de gestos y de gente andando con prisas de arriba abajo. Sin embargo,  son muchas  menos las que forman parte de ella, el número se reduce a nuestros amigos, tíos, primos, abuelos, padres, hermanos…A estos últimos quería dirigirme hoy.

Después de reflexionar durante un buen rato sobre momentos, épocas, situaciones vividas a lo largo de mi vida y de las personas que forman parte de ella, me di cuenta que la cara que más aparecía y se repetía en cada uno de ellos era mi hermano, con más o menos protagonismo pero da igual siempre estaba por ahí .Y la verdad que me cuesta mucho pensar en cada una de esas situaciones sin él, más que me cueste, se me hace raro.

Raro porque me he dado cuenta de que estoy tan acostumbrada a que esté ahí que a veces ni noto su presencia, podemos estar horas en la habitación de al lado  que no me voy a enterar pero no porque nos llevemos mal es más al revés, no hay nadie con quien me entienda mejor, simplemente creo que se llama convivencia, después de convivir con alguien desde que no tienes conciencia supongo que aprendes. Aprendes a respetar espacios, tiempos, límites, horarios… pero sin duda, de lo que más  he aprendido yo en mis diecisiete años es de él.

Por eso hoy quería darles un poco de importancia, al fin y al cabo se la merecen más que nadie, no todo el mundo te soporta todos los días de tu vida porque le ha tocado sin recibir nada a cambio. Y sobre todo darles las gracias, sobre todo al mío porque sé que  no es nada fácil.

Gracias por estar desde el primer día de nuestras vidas, por ser la persona con la que daba igual a que jugar que era más divertido, por hacer más entretenidas aquellas largas cenas de papá y mamá, por insultar siempre donde más dolía para que luego en la realidad no tuviese tanta  importancia, gracias por todas las peleas, por el hueco en la cama cada vez que no podía dormir, gracias porque las broncas compartidas siempre son mejores, gracias porque se que mi opinión te influye mas que la de cualquier persona, gracias por soportar todas y cada una de las malas contestaciones, los malos días y cuando todo lo malo que me pasa lo pago contigo, por todos esos silencios que lo dicen todo, gracias por reírte de mí más que nadie, por las broncas cuando no lo hago bien, por enseñarme a ponerle una sonrisa a todo tipo de personas, gracias por vivir todo lo que me pasa como fuese tuyo, por estar cuando no quiero que nadie más esté y sobre todo  gracias por quedarte cuando te había dicho que te había dicho que te fueras.

Supongo que soy un poco egoísta  con lo de escribir esto cuando veo que te haces mayor y me entra el miedo porque veo que te vas y yo me quedo aquí, pero no sé nunca  te he dicho esto porque doy por supuesto que ya lo sabes y que es innecesario.








La verdad es que estoy muerta de miedo, se me hace imposible pensar en  mi día a día  sin tenerte en cuenta, y sabes que me considero una persona  bastante independiente, es algo que no puedo explicar pero me siento bastante afortunada por nuestra relación, ya que no todo el mundo tiene buena relación con sus hermanos

En definitiva gracias a todos los hermanos, porque aunque parece que no, nos fijamos en cada uno de vuestros movimientos e intentamos imitarlos, gracias por darnos las mejores pautas y consejos a seguir para poder actuar bien.

Y por último gracias en concreto a mi hermano por ser la mejor referencia y ejemplo a seguir en todos los aspectos  y gracias sobre todo por ser parte de mi.




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