Raquel Esteban Bruña (Qué quiero hacer con mi vida)



QUÉ QUIERO HACER CON MI VIDA

La gente se piensa que a nuestra edad es normal saber que vamos a hacer, a que aspiramos en la vida. Tus padres siempre te dicen: Estudia, así tendrás un buen futuro, tendrás dinero y podrás crear una familia. ¿Y quien dice que la felicidad se encuentre en comprarse casoplones y criar a niños gritones?

Yo creo que no todo el mundo aspira a eso; que no digo que tener familia sea malo, más bien todo lo contrario, te cuidan y te ayudan a superarte, pero el concepto de familia no solo aspira a los ascendientes y descendientes tuyos, sino mucho más. La familia son aquellas personas que te quieren y te ayudan a hacerte más fuerte y mejor persona. Son aquellos que no dejan que te caigas, siempre te ayudan a levantarte. Son aquellas personas que siempre están ahí. Son amigos, padres, hermanos y abuelos. Y lo son todo para mí.

Pero, ¿y si el secreto de la verdadera felicidad consiste en despegarse de todas esas personas e ir a hacer felices a más gente, a personas que de verdad lo necesitan? Esas personas que lo pasan mal y que o tienen a nadie que les de esa alegría que te hace vivir. O a ayudar a la gente que tenemos más cerca, a personas de cuyos padres reniegan. No es fácil hacerse cargo de un discapacitado intelectual. Te consume, se te agota la energía. Ayudar, ayudar e irte a cuidar de personas que necesitan más cariño que nadie, a personas que lo pasan mal. No tienen porque ser los negritos de África que tanto salen por la tele, no hace falta pasar hambre para estar destrozado por dentro.

Madres que pierden bebes, o niños que pierden madres. Eso es lo que de verdad te hace añicos. Y más si es por motivos ajenos a tu realidad. Una bomba que mata a una familia entera, ¿Quién se acordara de ellos? De entre todas las miles de muertes que produce la guerra, ¿Quién les recordara? Nadie.

No ser recordado, eso si que es un problema, vivir para no hacer nadad que cambie el mundo. Ya se que eso suena a niña mimada que no ha salido de su mini-realidad de niños pijos y colegios privados, pero me consta la de problemas que hay en el mundo. La humanidad se va a la mierda, cada vez se mira menos por el lado caritativo. ¿Dar dinero al Domund? ¿Para qué? Pues para que personas que no pueden valerse por si mismas tengan algo para comer, no ayudar con estas causas es tener una mente asesina. Personas, seres humanos que mueren por tu falta de solidaridad, eso si que es triste. Y si lo que no quieres es dar dinero por el motivo que sea, vete a hacer voluntariados. A cuidar de perros abandonados, a un comedor social o a el Congo a hacer ayudas humanitarias.

En fin, yo no sé muy bien qué hacer con mi vida, pero si algo si tengo claro es que me voy a ir a hacer voluntariados; a la India, a Indonesia o a Nicaragua, a donde haga falta. No me pienso quedar de brazos cruzados mientras veo a mujeres muriendo de hambre, a niños muriendo en la guerra y a padres muriendo de pena.

Raquel Esteban (Noviembre 2016)


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