EL VALOR DE LA FAMILIA
Desde pequeño mis padres me han transmitido el valor de la
familia, que tal y como yo lo entiendo, se basa en construir un hogar
estable, una familia con la que compartir momentos
inolvidables, y todo tipo de experiencias, unas mejores que otras,
pero siempre en base a unos valores y principios.
¡La familia no tiene que ser perfecta, para
nada, por lo menos no la mía! En ella a veces existe el desorden, los enfados, los fracasos, etc.,
pero también la comprensión, la alegría, el amor, etc., pero a la que siempre
quieres pase lo que pase. Es donde he aprendido valores tan importantes como la
fe, el perdón, la amistad, la lealtad, el respeto, la educación y tantas otras
cosas que, ahora, con los años, soy consciente de su importancia a la hora de
convivir en grupo.
La familia es un pedazo de la sociedad donde se nos inicia
a la vida social y se nos prepara para vivir de forma independiente en un
futuro. La vida familiar es un valor fundamental para el desarrollo humano, nos
identifica y marca nuestras vidas. La sociedad tiene que ser consciente de su
importancia. Los valores de familia deben existir para mantener una sociedad
con principios que sirvan de base para el buen desarrollo de la misma. Todos
somos responsables. Cada uno de nosotros tenemos un papel que desempeñar en la
sociedad con nuestros derechos y deberes.
Mis padres también se han esforzado en enseñarme otros
valores como el del sacrificio y la responsabilidad, por ejemplo, a ser
responsable y moderado en mis gastos, a administrar las pagas que me dan para
los fines de semana y gastarlas con “cabeza”.
Ellos también lo son a la hora de administrar la economía familiar, para
proporcionar seguridad y fomentar el bienestar de la familia. A vivir dentro de
nuestras posibilidades y ahorrar para gastos imprevistos y situaciones no
deseadas como la posibilidad de perder el trabajo en un momento determinado.
Aprender a planificar los gastos en su justa medida. Gastar
menos de lo que se gana es esencial para tener seguridad económica. A
satisfacer en primer lugar las necesidades materiales, como son los alimentos,
vivienda, educación, sanidad, etc.
Es importante aprender los principios de una buena
administración y del ahorro. Además de las necesidades de consumo, la familia también tiene la
necesidad de ahorrar para hacer frente a otras necesidades que puedan surgir en
el futuro. Cuando se construye una familia, se empieza cubriendo las
necesidades de la pareja, pero luego le siguen las de los hijos, que normalmente
son satisfechas por los ingresos que proceden del trabajo. La economía familiar
depende, en gran medida del sueldo obtenido en empresas, despachos, etc. a los
que pertenecen los miembros de la familia. En la familia tenemos que encontrar
nuestro mayor punto de apoyo y en la que encontremos el apoyo y amor necesario
para cumplir nuestras metas y sueños.
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