Queridos reyes magos, soy Edu tengo 8 años y vivo en
Madrid. Este año me he portado muy bien. He ayudado a mis padres en todo lo que
he podido, he hecho siempre mis deberes y he cuidado muy bien a mi hermana
Carmen. Este año os quería pedir algo diferente, algo que nunca os he pedido ni
nunca pensé que lo haría.
Antes papá llegaba a casa muy tarde después de trabajar,
y a pesar de no tener mucho tiempo, el poco que tenía lo dedicaba a jugar con
Carmen y conmigo.
Un día cuando papá llegó a casa le dio un abrazo enorme a
mamá con una cara muy triste, no sabía lo que pasaba, pero a partir de ahí,
todo cambió.
Desde ese día papá dejó de ir a trabajar, al principio
pensé que eran buenas noticias porque así iba a tener más tiempo para jugar con
Carmen y conmigo. Pero al cabo de unos días me di cuenta de que estaba muy
equivocado. Papá se pasaba el día con el ordenador y metido en su habitación.
Ya no tenía ganas de jugar con nosotros ni tampoco nos leía cuentos antes de ir
a dormir.
Esa barba que siempre se afeitaba había empezado a
crecer, ya no quedaba con sus amigos para ir a jugar al paddle y los viernes no
salía con mamá a cenar. Estaba muy raro.
Casi ni comía y la mayoría del tiempo estaba de mal humor.
Cuando le preguntaba a mamá que por qué papá estaba así,
siempre me contestaba lo mismo, que papá estaba un poco cansado y que me fuera
a jugar con Carmen. Lo que mi madre no sabía era que yo no quería jugar con Carmen, al fin y al cabo tiene 3
años, yo quería jugar con papá.
A medida que pasaban los meses todo iba a peor, la
tristeza reinaba en casa. La cena, que era el momento en el que todos nos
solíamos reunir y contarnos qué tal había ido el día, había pasado a ser todo
lo contrario. Había incluso días en los que papá no salía de su cuarto para
cenar. Cenábamos todos en un silencio continuo, sin apenas intercambiar
palabra.
Solo los días que venía la abuela a comer eran un poco
más alegres que el resto.
Antes la abuela solía venir dos o tres veces a la semana
a casa, pero desde que la operaron de la pierna, no puede andar mucho. Es una
alegría que venga a casa, todos estamos mas contentos, incluso a papá se le ve sonreír
cuando está ella en casa.
Por eso, queridos reyes magos, os pido para que las cosas
vuelvan a ser como antes, cuando papá estaba contento, cuando por muy cansado
que estuviera llegaba a casa y se ponía a jugar con nosotros y cuando no paraba
de sonreír. Esto es lo único que quiero.
Esperanza Marín Fernández 1°B
Comentarios
Publicar un comentario