LOS
NUEVOS ASESINOS
Hoy
os voy a contar mi vida en este relato, os empezare contando como llegue hasta
donde estoy ahora, todo empezó cuando mis abuelos y los padres de mis abuelos
emigraron desde América hasta el continente europeo, la verdad es que somos
unos cuantos en mi familia y nos distribuimos hacia todas partes, pero yo, yo
acabe aquí en Extremadura donde pase mi gran
infancia. Yo era un niño feliz estaba todo el día en el campo con todos
mis hermano, primos.. etc. La vida en el campo era muy sencilla me pasaba todo
el día metido en un viejo almacén sin hacer nada descansando.
Un día
aparecieron unos señores con caros trajes y con grandes maletines y estuvieron
negociando con el dueño del almacén, una grave noticia nos esperaba, en unos
45-60 días tendríamos que marcharnos a diferentes ciudades. Esos 50 días fueron
muy raros nos juntaron en grupos de 5 o 6 y nos dieron diferentes productos
para acostumbrarnos al entorno exterior. Llego el día
vinieron a por nosotros, nos recogieron en grandes furgonetas con diferentes
marcas estampadas, nos separaron a todos y nos llevaron a unos tipos de
laboratorios, ahí nos torturaron durante varios días, nos entrenaron para ser
unos asesinos para torturar a la gente lentamente.
Tras un año de duro entrenamiento llego el día,
al graduarnos nos dieron un uniforme de combate, la parte de abajo era de color
naranja y la de arriba blanca. Nos separaron en grupos, dependiendo nuestra
altura, color, y dependiendo de nuestra fuerza, cada grupo tenía su transporte,
cada transporte tenía su color y sus diferentes estampados. Yo fui destinado a
la capital, Madrid. Me destinaron a un local que había en la calle Ayala nº32,
ahí pase las semanas más duras de mi vida, veía como mis compañeros marchaban,
podríamos considerarnos mercenarios de poca monda, solo nos conformábamos con
unas monedas o algún billete para ir a nuestro propio entierro.
Al
fin llego mi hora estaba más que preparado sabia que ese mismo día yo y mis
compañeros mataríamos a nuestra víctima y si no fuera así la perjudicaríamos
gravemente y si no éramos nosotros los que le matáramos serian los siguientes.
Cayeron las monedas y nosotros nos marchamos a por él, el comprador. Consiguió
abrir nuestro cuadrado transporte como el que quita un simple plástico y un
trozo de papel. Me toco, salí con toda la fuerza dispuesto a matarlo, fue un
combate que tardo unos simples calos, cada vez estaba más débil y sentía como
iba quemándome y consumiéndome. Pudo conmigo, falle y se deshizo de mí
tirándome a suelo y pisándome, mi hora había llegado. Meses después el señor
quien dio mi muerte fue hospitalizado y yo y toda mi familia habíamos sido los
causantes de ellos, para eso fuimos entrenados. En sus últimas horas, llego mi
hermano y con un simple calo le dio muerte.
Y esta es la historia de mi vida, me llamo
tabaco y nací para matar a la gente por unos simples billetes.
Pablo
García Lumbreras. Noviembre 2016
Comentarios
Publicar un comentario