Pablo Lumbreras (Los nuevos asesinos)




LOS NUEVOS ASESINOS

Hoy os voy a contar mi vida en este relato, os empezare contando como llegue hasta donde estoy ahora, todo empezó cuando mis abuelos y los padres de mis abuelos emigraron desde América hasta el continente europeo, la verdad es que somos unos cuantos en mi familia y nos distribuimos hacia todas partes, pero yo, yo acabe aquí en Extremadura donde pase mi gran  infancia. Yo era un niño feliz estaba todo el día en el campo con todos mis hermano, primos.. etc. La vida en el campo era muy sencilla me pasaba todo el día metido en un viejo almacén sin hacer nada descansando.

Un día aparecieron unos señores con caros trajes y con grandes maletines y estuvieron negociando con el dueño del almacén, una grave noticia nos esperaba, en unos 45-60 días tendríamos que marcharnos a diferentes ciudades. Esos 50 días fueron muy raros nos juntaron en grupos de 5 o 6 y nos dieron diferentes productos para acostumbrarnos al entorno exterior. Llego el día vinieron a por nosotros, nos recogieron en grandes furgonetas con diferentes marcas estampadas, nos separaron a todos y nos llevaron a unos tipos de laboratorios, ahí nos torturaron durante varios días, nos entrenaron para ser unos asesinos para torturar a la gente lentamente.

 Tras un año de duro entrenamiento llego el día, al graduarnos nos dieron un uniforme de combate, la parte de abajo era de color naranja y la de arriba blanca. Nos separaron en grupos, dependiendo nuestra altura, color, y dependiendo de nuestra fuerza, cada grupo tenía su transporte, cada transporte tenía su color y sus diferentes estampados. Yo fui destinado a la capital, Madrid. Me destinaron a un local que había en la calle Ayala nº32, ahí pase las semanas más duras de mi vida, veía como mis compañeros marchaban, podríamos considerarnos mercenarios de poca monda, solo nos conformábamos con unas monedas o algún billete para ir a nuestro propio entierro.

Al fin llego mi hora estaba más que preparado sabia que ese mismo día yo y mis compañeros mataríamos a nuestra víctima y si no fuera así la perjudicaríamos gravemente y si no éramos nosotros los que le matáramos serian los siguientes. Cayeron las monedas y nosotros nos marchamos a por él, el comprador. Consiguió abrir nuestro cuadrado transporte como el que quita un simple plástico y un trozo de papel. Me toco, salí con toda la fuerza dispuesto a matarlo, fue un combate que tardo unos simples calos, cada vez estaba más débil y sentía como iba quemándome y consumiéndome. Pudo conmigo, falle y se deshizo de mí tirándome a suelo y pisándome, mi hora había llegado. Meses después el señor quien dio mi muerte fue hospitalizado y yo y toda mi familia habíamos sido los causantes de ellos, para eso fuimos entrenados. En sus últimas horas, llego mi hermano y con un simple calo le dio muerte.

 Y esta es la historia de mi vida, me llamo tabaco y nací para matar a la gente por unos simples billetes.
Pablo García Lumbreras. Noviembre 2016

Comentarios