VIAJE AL CIELO
En este relato voy a hablar sobre
el Chapecoense, no como amante del fútbol, que también, sino como cualquier
ciudadano del mundo que se llena de tristeza al escuchar accidentes como este.
Personalmente, yo no conocía a
este equipo antes de lo ocurrido. Pasó de ser un equipo desconocido a ocupar
páginas en periódicos de todo el mundo, desgraciadamente por una tragedia. Seguramente,
no fuese el mejor equipo del mundo, ni el más rico, ni el más conocido... Nada
de eso. Pero estoy seguro de que era una plantilla llena de ilusiones. Un
equipo pequeño que nunca dejó de soñar en grande.
Un equipo fundado en 1973, hace
44 años, con 5 torneos estatales en sus vitrinas, el cual consiguió ascender desde
la cuarta división hasta la Serie A brasileña en escasos 6 años. En 2015,
debutó en la Copa Sudamericana y en 2016 consiguió llegar a la final. Final a
la cual, me apuesto lo que queráis, a que, si les hubiesen dado a elegir,
habrían elegido quedarse en semifinales. No porque no les hiciese ilusión ganar
un torneo como ese, sino porque el avión que se dirigía a Medellín para jugar
esa final, sufrió un accidente que costó la vida a 71 personas, 19 de ellas,
jugadores del Chapecoense y todo el cuerpo técnico del equipo. Esta tragedia
azotó a todo el mundo, sobre todo al mundo del fútbol. La CONMEBOL le otorgó el
título de campeón a petición de su rival, el Atlético Nacional, que nos ha
enseñado que en el fútbol no hay enemigos, sino rivales y que en ocasiones hay
que olvidar los colores y unirse en hechos trágicos como este. Jugadores con
familia o empezando a formarla, como era el caso de
Tiaguinho, delantero de 22 años del club que se enteró que iba ser padre por
primera vez en la concentración de este partido.
Un equipo que iba jugar la final
de sus vidas y fue la vida la que les jugó su final.
Este accidente dejó a 5
supervivientes, de los cuales 3 son jugadores de la plantilla. Neto y Allan Ruschell
han vuelto a jugar al fútbol y Jackson Follmann salió el que peor parado de los
tres, le amputaron la parte inferior de su pierna derecha, pero tiene en mente
volver a jugar al fútbol en competiciones Paralímpicas. Los otros dos
supervivientes son un periodista y una azafata. Estas personas nos han enseñado
a aprovechar las segundas oportunidades que nos da la vida. Un niño de 15 años
fue clave para encontrar a los supervivientes. Estaba durmiendo cuando escuchó
el impacto del avión y fue él el que llevó a los rescatistas desde su casa al
lugar del accidente.
Este fatal accidente tuvo
homenajes en todo el mundo. Minutos de silencio en todos los estadios del
mundo, monumentos teñidos de verdiblanco…
En el Atanasio
Girardot de Medellín, estadio del Atlético Nacional, en el día y en la hora de
la ida de la final de la Copa Sudamericana, se dieron cita los familiares de
las víctimas del accidente, los supervivientes y todo aquel que quisiese
asistir para dar su último adiós a las víctimas. Acudieron 40.000 personas
aproximadamente y otras miles que se reunieron en los aledaños del estadio. Las
emisoras brasileñas y colombianas que iban a retransmitir el partido dejaron el
marcador sobre un fondo negro hasta que se consumiesen los 90 minutos como
homenaje.
Una tragedia con
antecedentes, equipos como el Manchester United y el Torino sufrieron también
accidentes aéreos, este segundo sin supervivientes, en el 1958 y 1949
respectivamente. Accidentes que les obligaron a reconstruir su plantilla al
completo.
Alberto Aguiló
1º B
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