Alberto Aguiló García-Urgelés (Viaje al cielo)





VIAJE AL CIELO

En este relato voy a hablar sobre el Chapecoense, no como amante del fútbol, que también, sino como cualquier ciudadano del mundo que se llena de tristeza al escuchar accidentes como este. 


Personalmente, yo no conocía a este equipo antes de lo ocurrido. Pasó de ser un equipo desconocido a ocupar páginas en periódicos de todo el mundo, desgraciadamente por una tragedia. Seguramente, no fuese el mejor equipo del mundo, ni el más rico, ni el más conocido... Nada de eso. Pero estoy seguro de que era una plantilla llena de ilusiones. Un equipo pequeño que nunca dejó de soñar en grande.


Un equipo fundado en 1973, hace 44 años, con 5 torneos estatales en sus vitrinas, el cual consiguió ascender desde la cuarta división hasta la Serie A brasileña en escasos 6 años. En 2015, debutó en la Copa Sudamericana y en 2016 consiguió llegar a la final. Final a la cual, me apuesto lo que queráis, a que, si les hubiesen dado a elegir, habrían elegido quedarse en semifinales. No porque no les hiciese ilusión ganar un torneo como ese, sino porque el avión que se dirigía a Medellín para jugar esa final, sufrió un accidente que costó la vida a 71 personas, 19 de ellas, jugadores del Chapecoense y todo el cuerpo técnico del equipo. Esta tragedia azotó a todo el mundo, sobre todo al mundo del fútbol. La CONMEBOL le otorgó el título de campeón a petición de su rival, el Atlético Nacional, que nos ha enseñado que en el fútbol no hay enemigos, sino rivales y que en ocasiones hay que olvidar los colores y unirse en hechos trágicos como este. Jugadores con familia o empezando a formarla, como era el caso de Tiaguinho, delantero de 22 años del club que se enteró que iba ser padre por primera vez en la concentración de este partido.


Un equipo que iba jugar la final de sus vidas y fue la vida la que les jugó su final. 


Este accidente dejó a 5 supervivientes, de los cuales 3 son jugadores de la plantilla. Neto y Allan Ruschell han vuelto a jugar al fútbol y Jackson Follmann salió el que peor parado de los tres, le amputaron la parte inferior de su pierna derecha, pero tiene en mente volver a jugar al fútbol en competiciones Paralímpicas. Los otros dos supervivientes son un periodista y una azafata. Estas personas nos han enseñado a aprovechar las segundas oportunidades que nos da la vida. Un niño de 15 años fue clave para encontrar a los supervivientes. Estaba durmiendo cuando escuchó el impacto del avión y fue él el que llevó a los rescatistas desde su casa al lugar del accidente.


Este fatal accidente tuvo homenajes en todo el mundo. Minutos de silencio en todos los estadios del mundo, monumentos teñidos de verdiblanco…


En el Atanasio Girardot de Medellín, estadio del Atlético Nacional, en el día y en la hora de la ida de la final de la Copa Sudamericana, se dieron cita los familiares de las víctimas del accidente, los supervivientes y todo aquel que quisiese asistir para dar su último adiós a las víctimas. Acudieron 40.000 personas aproximadamente y otras miles que se reunieron en los aledaños del estadio. Las emisoras brasileñas y colombianas que iban a retransmitir el partido dejaron el marcador sobre un fondo negro hasta que se consumiesen los 90 minutos como homenaje.


Una tragedia con antecedentes, equipos como el Manchester United y el Torino sufrieron también accidentes aéreos, este segundo sin supervivientes, en el 1958 y 1949 respectivamente. Accidentes que les obligaron a reconstruir su plantilla al completo.


Alberto Aguiló 1º B


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