Amaia Pinedo (Un día más)




UN DÍA MÁS

Un día más aquí, en el mismo sitio de siempre, a la misma hora de siempre, todo igual, todo como siempre.

Un día más la dichosa alarma, debe de ser ya jueves, bueno, eso espero. Medio dormido me levanto, me visto, desayuno y salgo. Hace frio, un frio horrible, bueno como todas las mañanas no sé porque me sorprende. Cojo el coche, salgo y ya, ya lo veo, el atasco, igual de largo que siempre, enciendo la radio y me dispongo a tirarme los tres cuartos de hora de siempre. Consigo salir  pero todavía queda una larga distancia y otro atasco más, genial.

Al fin he llegado, diez minutos antes, por si acaso, asique me da tiempo a leerme las dos páginas del libro de siempre. Ya es la hora, tengo que entrar, puf que pereza un día más no, queda mucho para acabar, el doble para el fin de semana y mucho más para las próximas vacaciones.

Un día más, mamá viene y me despierta, dándome un beso y sacudiéndome, como todas las mañanas, son las 8 y media y me cuesta un montón levantarme, yo le digo que no quiero ir al cole, que estoy cansada y que me duele la cabeza, ella me dice que ya es jueves y que en dos días estaré durmiendo con mis amigas. Eso me anima un poco asique me visto y salimos.

A lo lejos veo a mis amigas, sentadas en el bordillo de siempre, mamá me acompaña hasta la puerta, me da un beso y se va. Entro contenta y con ganas de planear todo lo que vamos a hacer el fin de, ellas dicen que no saben si vamos a poder ir al cine ya que es invierno, hace mucho frio y anochece pronto. Bueno supongo que podremos ir otro día, en verano pero todavía falta mucho para eso, creo que como 5 meses, tal vez más.

Un día más, mi padre me abre la ventana, entra tanto frio que me tengo que levantar,  son las 7 de la mañana, voy a la cocina, pero no tengo hambre asique me visto y como me sobra algo de tiempo puedo tirarme en la cama. Llego a la parada del bus, hace un frio horrible y el bus no viene, como siempre va con retraso.

Llego a clase, el profesor empieza a dictar, pero que día era hoy, jueves algo,  bueno, no sé, da igual ya lo pongo luego, a todo esto me he perdido, ya se lo copiaré a alguien luego. Me pongo a pensar en mis cosas, creo que el viernes me tendré que quedar en casa si quiero salir el sábado,  aunque no se qué vamos a hacer, como he llegado tarde no he preguntado. Ya tengo ganas de que llegue el recreo para poder preguntarles, pero tengo aun más ganas de que llegue el sábado.

Un día más me levanto, a las 8 como un reloj, después de tantos años a mi cuerpo se le ha quedado grabado, me levanto despacio, ahora todo lo que hago lo hago despacio, a mis hijos eso les pone muy nerviosos. Espero a que venga mi asistenta porque hace un frio de muerte y como abra la ventana me puede dar un algo. Cuando ella llega yo ya estoy aseado, vestido y desayunado.

Me  voy a la compra, por suerte es jueves y no hay casi gente, pero tengo que comprar muchas cosas, el domingo toda mi familia viene a comer a casa. La verdad es que llevábamos tiempo sin juntarnos todos, estas navidades casi todos se han ido con la otra parte de la familia pero bueno es lo que toca, el año que viene nos juntaremos todos asique no puedo quejarme. Llego a casa y estoy agotado, por lo menos ya me he quitado la compra de encima, a pesar del cansancio que tengo, me apetece mucho que venga mi familia, ya tengo ganas de que sea domingo.

Una vez más, ese fin de semana tan deseado por todos pasa rápido, y ellos ya están esperando el próximo acontecimiento. ¿Por qué siempre estamos esperando algo? Esperando a que se acaben los exámenes, esperando a que llegue el viernes, esperando a que llegue el verano y cuando llega lo que finalmente queremos no lo apreciamos, en vez de ello nos dedicamos a esperar otra cosa cuando ese día no se volverá a repetir jamás.

AMAIA PINEDO BACHILLERATO 1ºA  15/02/17

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