Clara Gallego (Llámalo como quieras)




LLAMALO COMO QUIERAS

Al despertarme me visto como cualquier otro día, desayunamos y corriendo nos dirigimos como todos los días al colegio, mis hermanos se duermen en el coche intentando recuperar algo de sueño puesto que tuvimos que salir rápido de casa ya que no teníamos tiempo, al llegar al colegio el día discurre igual que cualquier otro, ya era viernes a si que a primera lengua, luego economía y así una hora tras otra, y aun a pesar de que todas eran clases distintas todas eran iguales en algo, en todas perdíamos el tiempo, lo derrochábamos como si nos sobrase, nos tumbábamos en la mesa, o apoyábamos la cabeza en el brazo a esperar a que finalizase esa hora, una tras otra siempre lo mismo hasta que al llegar a la ultima hora el tutor que se llamaba Manuel, nos pidió que hiciésemos una redacción del tiempo ya que parecía que nos sobraba mucho y así vería el que significaba y cuáles eran nuestras razones para tirarlo de tal forma, a si que yo empecé a escribir lo que se me venía por la cabeza y fue algo así.

El tiempo es eso que desde pequeños nos repiten una y otra vez, pero si me preguntasen por su significado que deberíamos responder, ante esta pregunta me quedo como San Agustín cuando decía  “si no me pregunta nadie lo sé, pero si me preguntan y quiero explicarlo ya no lo sé”.

Para algunas personas es la dimensión física que representa los sucesivos estados por los que pasa la materia, para otros hace referencia al clima y sin embargo para otros es el peor de los villanos aquel que arrebata sin preguntar ni avisar.

Yo soy o mejor dicho era de las ultimas, todos nosotros experimentamos el tiempo pero en verdad no es nada sencillo entenderlo, tiempo, es la sucesión de pasado, presente y futuro, bueno de hecho no es así, pasado y futuro no lo son , solo nos queda el presente.

Pensemos por un momento en el presente, lo que hacíamos hace apenas un instante ya es pasado, es solo un recuerdo.

Ahora pensemos en el futuro, no existe, no es una realidad, podemos ir todo lo rápido que queramos pero nunca saldremos del presente, San Agustín decía también que si el presente no se convirtiera en pasado no sería tiempo, seria eternidad. Todos nosotros al nacer se nos entrega una bolsita de aquello a lo que decidamos llamar tiempo, algunos con mas y otros con menos, para aprovecharlo todo lo que podamos, para que cuando se nos acabe nuestra respectiva bolsa seamos capaces de mirar atrás y preguntarnos: he hecho todo lo que debía?, he pedido perdón y he perdonado las veces que era necesario?, he repetido a la gente que me importa cuánto les quiero?, pero el ser humano es tan torpe que decide no aprovecharlo, pensando que tiene demasiado cuando en realidad se puede resumir en dos frases, he de ahí el dicho de vivimos como si nunca fuésemos a morir y morimos como si nunca hubiésemos vivido. Frecuentemente al finalizarse la bolsa de un amigo, un familiar o nuestra propia bolsa solemos echar la culpa a tiempo o a aquel al que llamamos Dios, pero lo cierto es que no estamos tan equivocados como un niño pequeño, el tiempo antes de quitarse siempre se da.

El problema es que vivimos en un mundo de desenfreno donde nada puede esperar para mañana o de la misma forma todo para mañana, pero igual ese mañana ya es demasiado tarde y de nuevo nos quedamos sin tiempo…, cuantas veces nos repetimos esa frase: no me da tiempo, no llego a tiempo…, párate por un momento deja de mirar el futuro lo que tenga que pasar ya pasara o anclarte en el pasado no llores porque acabo, alégrate porque sucedió, y eso nunca se va, se queda formando parte de tu historia, de ti, vive el presente aprovecha esas personas que tienes a tu alrededor, deja de esperar a esas personas que no volverán y ábrete a las que puedan llegar nuevas, cuando empieces a realizar todo esto podrás darte cuenta de que la vida es mejor así, fijándose en los mas mínimos detalles, solo hace falta mirar con los ojos adecuados, y es ahora mejor que nunca cuando puedo entender esa frase que nos han hecho memorizar 100 veces y venia plasmada en 1001 libros era algo así como “el tiempo es oro”.

Al finalizar la redacción justo sonó el timbre del fin de las clases, puse mi nombre al inicio de la hoja y con mucha precaución se la puse a D.Manuel en le mesa seguido de un adiós y un hasta el lunes que viene.

Clara Mª Gallego Martin.4ºA

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