Enrique Robles (El naufragio)




EL NAÚFRAGO

Ruido, estruendo, eso fue lo último que escuchó Jake. Cuando abrió los ojos se encontraba en la playa con su ropa toda hecha harapos. Lo último que recordaba era la conversación con su capitán en el barco antes de irse a dormir, pero cuando giró la cabeza, no tuvo duda de lo que había pasado. Una carabela destrozada se encontraba encallada, la suya, había naufragado.

Pasaron los días, gritando fervientemente, pidiendo a alguien que lo rescatara, y todos los días revisando el horizonte buscando ayuda, pero ésta nunca llegaba. Cansado, eventualmente empezó a construir una pequeña cabañita para protegerse, y proteger sus pocas posesiones. Pero entonces un día, después de despertarse, el regresó y encontró su pequeña choza en llamas, el humo subía hacia el cielo, la había destrozado un rayo. Lo peor que había pasado, es que todas las cosas las había perdido.

Él estaba confundido y enojado y llorando decía: "¿Cómo pudo pasar esto, por qué a mí?" Y se quedó dormido sobre la arena. Temprano de la mañana del siguiente día, el escuchó asombrado el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Venían a rescatarlo, y les preguntó, ¿Cómo sabían que yo estaba aquí? Y sus rescatadores le contestaron: "Vimos las señales de humo que nos hiciste…" Y entonces este náufrago se acordó de que esa noche anterior, que estaba muy dormido, desesperado y deshidratado, se intentó suicidar cortándose las venas, pero no pudo y se durmió, y esto provoco que no se muriese y que lo salvasen. Esto significa que a veces de cosas muy malas pueden llegar a surgir cosas buenas, depende de cada uno. Y nunca hay que rendirse.

Enrique Robles 4º D

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