UN AMOR IMPOSIBLE
Un día el cual ahora
mismo no recuerdo, empecé a acabar con vidas inmerecidamente, aunque la gente
no lo piense me siento culpable, ¿cómo no me voy a sentir culpable?. Soy una
segadora para el campo, un Hitler para los judíos, la oscuridad ocupando los
resquicios de una ventana en la cual la luz intenta hacerse paso
desesperadamente, no quieras encontrarte conmigo en la larga línea de tu vida,
porque suelo ser certero y dejo una nube
de desesperación a mi paso. Vivo soñando con el día en el que
moleste lo mismo que una picadura de mosquito y no produzca angustia a miles
de personas en este mundo, en ocasiones creo que sueño despierto, hasta que,
sin saber cómo, me caigo de bruces de la cama.
Yo sé que hay algo dentro de mí que echa de menos a mi amiga,
solo cuando me junto con ella puedo dejar de ser malo y de hacer daño a la gente. Pero otras veces no
consigo controlarme, mis ansias de poder sobre las personas se apoderan de
mi y ni si quiera con la ayuda de mi
amiga me controlo, deterioro a la persona poco a poco de una manera lenta
tanto física como psicológica .Cuando se
desata mi ira nadie se salva, ataco sin excepción, ricos, pobres, críos,
adultos, ancianos… me es indiferente.
En estos momentos,
existen miles de personas en mi busca
para borrarme del mapa, millones de euros se han movilizado para acabar
conmigo, pero les queda tinta china por sudar para finalizar con mi existencia. Mis ataques son inesperados,
cuento con el factor sorpresa, podría comparárseme con una flecha lanzada al
cielo de manera aleatoria sobre una gran masa de personas, no sabes a quien le
va a caer, pero cabe la posibilidad de que te caiga a ti o a alguien que
conozcas y acabe con vuestra vida.
Y ahora aquí me hallo,
en lo alto de una montaña, cargado hasta las cejas de ballestas apuntando a las
nubes y disparando sin cesar hasta atinar en el blanco y llevarme otra vida. Doy gracias a mi amiga,
que se encuentra en las llanuras más cercanas a esta montaña, ya que en
incontables ocasiones, consigue que mis
flechas solo rocen a estas personas rasurándolas el cabello de manera prolongada y
consiguiéndolas un futuro con normalidad
sin dañar a nadie.
Soy el cáncer. Mi amiga la quimio y por el bien de
la humanidad espero perder esta batalla.
Lucas Zarraluqui
1º B – Nº 33
Comentarios
Publicar un comentario