Lucía Fernández-Gil (Querer)




QUERER


Se dice de una palabra que se utiliza en demasiadas ocasiones, pero realmente... sabemos lo que conlleva esa acción? Dicho así parece la cosa más pequeña pero es infinitamente grande, algo que puede cambiarlo todo, de la noche a la mañana, así sin más, seis letras que por sí solas parecen insignificantes pueden dar lugar a un hola o un adiós, a un comienzo o a un final.


¿Alguna vez te has planteado cuántas veces lo decimos al día? : quiero comprarme estos pantalones mama, quiero que el me hable, quiero apuntarme a baloncesto, quiero ir a esa fiesta, quiero sacar buenas notas, quiero, quiero y quiero. También es la salida más fácil y cómoda para responder a un por qué: ¿por qué estás con el chico equivocado? porque quiero, pero eso no es un por qué, pues yo creo que si, de hecho estoy segura.


Pero espera un poco, sé que estás pensando lo mismo que yo. El título de este relato te hace intuir que voy a hablar de la palabra querer en otro sentido, malo, o bueno, pero totalmente diferente…


A lo que voy, existe una frase que se usa muy frecuentemente y se formaliza con un pronombre personal seguido del verbo querer conjugado en segunda persona. Una palabra de dos letras puede hacer que en la acción de querer haya dos protagonistas. Me da miedo pronunciarlo, ha hecho tanto daño que no sé si hablar  o mejor callarme.
Pero voy a ser valiente solo por una vez...Te quiero, ¿qué bonito no? ¿Creéis que esa frase está llena de confianza amor poder y fuerza?


Profundizar sobre las cosas me gusta y por eso quiero dejar claro que querer a una persona significa quererte a ti mismo, ya que lo que tú deseas para tu vida es exactamente lo mismo que debes dar a esa otra persona.


Antes he dicho que la frase "te quiero" ha hecho mucho mal a muchas personas.
Pensaréis que estoy hablando de la típica adolescente que va diciendo por ahí que su novio le dijo te quiero y luego le déjo después de 2 días. En ese caso hablamos de otra interpretación de la palabra o simplemente el uso innecesario de ella. Por eso no es la culpa de la frase "te quiero" o de esa manera de hablar que tienen algunos, la culpa es de la persona que lo dice, por no sentirlo, o tal vez de la que lo recibe, por creérselo.


Muchos decimos,  es mentira, no me quiere, él me lo dice pero sé que no es así. ¿Realmente creéis que la palabra querer puede llevarnos a la mentira? Sé que muchos lo piensan y otros no. Al fin y al cabo todo depende de la persona, de su estado, y de la gente que le rodea, no es así?


Ahora, plantéate como reflexionar sobre esa palabra tan extensa y difícil, porque estoy segura de que vas a sacar muchas conclusiones. Tómatelo con calma, como tu veas, como una mentira, como algo eterno o simplemente indiferente, pero adéntrate en ella y conócela. Seguro que quieres, ¿no?


Lucía Fernández-Gil   1ºBACH. A, 17/02/16

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