NO TE RINDAS NUNCA
¿Cómo? ¿Cómo hacer para no ser el
extraño? Yo no he sabido la respuesta desde hace mucho tiempo. Soy ese chico
que es raro, que está en su mundo. Ese chico que se levanta de la cama para
intentarlo, para volver a la batalla perdida. Aunque haya tenido que esperar 18
años.
Basta con mirar hacia atrás para
darme cuenta que yo solo no puedo hacerlo. Yo siempre he sido muy inteligente,
desde muy pequeño. Mi coeficiente intelectual es superior a la media, lo cual
ha sido una ayuda perfecta para mí, casi una salvación.
¿Y tú te quieres rendir? Sí, te lo
digo a ti. Esa persona que está harta de que en la vida le vaya mal. Que no
puede creer que existan personas que le quieran. Que vive amargada porque sus
padres son injustos contigo. Que todavía piensa que su vida está fastidiada por
ese profesor que no te aprueba. O quizás vive solamente peleada con el mundo y
se odia a sí misma. Te animo a no rendirte, porque si yo no lo he hecho nunca;
tú no deberías.
Déjame que me presente: Soy ese chico
del que no te imaginarías nada. Soy el chico al que todos lo miran y le ponen
enseguida alguna etiqueta. Soy ese chico que nació pareciendo y siendo un
“buenazo”. Y puede ser que no se equivoquen, porque, es más, no se equivocan.
Así soy yo. Nací con una especie de problema que pocos pueden comprender e
imaginar. Soy un chico imaginativo y al que le gusta estar en su mundo, aunque
a veces sea por el problema. También soy el mejor amigo que puedas encontrar,
siempre te seré fiel y nunca querré hacerte mal. Puedo no ser el más atrevido,
ni el más divertido, ni el más guapo y sociable; pero si algo soy es buena
persona. ¿Suena egoísta? Tampoco es mi intención, pero es lo que todos dicen.
Aunque tengo mis defectos como todos, puedo ser algo cabezota cuando algo se me
mete en la cabeza. Pero si algo no me gusta de mí es mi problema.
No es fácil sentirse extranjero en tu
propio idioma, en tu entorno, con tus amigos, en tu casa… No es fácil porque te
sientes muy solo. No puedo decir lo que quiero, me cuesta. Repito todo
continuamente y me hace parecer tonto. Y no es que no sepa las palabras, es que
no me salen. Tengo que buscarlo en mi cabeza. Y eso, en parte, me ha hecho
raro. Normal, no es culpa de los demás que yo no me sepa expresar. Pero no todo
el mundo te facilita la tarea de expresarte “a tu modo normal”. Sobre todo,
cuando en el colegio te lo hacen pasar mal. A mí me han hecho el vacío, me han
llamado raro y muchas cosas más, se han burlado de mí durante años y les ha dado
igual todo lo que pensara. Cuando llevaba una escayola para la espalda, me
tiraron a la arena del patio y llegué a mi casa con toda ella y un montón de
rozaduras por culpa de la misma. Y nunca
me atrevía a contar nada a mis padres. No por miedo o vergüenza, solamente
prefería sufrir en silencio.
No es fácil hacer amigos y menos cuando tus
gustos son diferentes a los de los demás. No me gustaba la misma música que los
demás ni disfrutaba de ella como los demás. Y cuando lo disfrutaba, a los demás
les parecía raro, extraño y exagerado. Es algo que no se puede cambiar
fácilmente, ni por uno mismo. A mis 20 años, todavía me tienen que ayudar con
esto.
Parece que mis hermanas pequeñas
hablan mejor que yo, que mi hermana más pequeña a la cual supero en 7 años
habla mejor que yo. Te sientes estúpido, ignorante, perdido, inútil. Yo tendría
que ser el que las enseñara a ellas y no al revés. No entiendes nada. Ellas
hablan con tranquilidad, rápido, usan dobles sentidos e ironías… ¡Yo no puedo!
No entiendo esos dobles sentidos y las ironías no funcionan conmigo muchas
veces, soy un chico muy inocente y literal. Hasta mis primos de 7 años parecen
hablar con más soltura que yo. O parecía.
Sí. Mi vida no ha sido fácil. Este
problema no es algo mínimo para uno mismo. Es más, la mayoría de gente como yo
no está capacitado para ir a la universidad y yo ahora estoy en mi segundo año
de la misma. Mi vida no ha sido fácil, pero me siento afortunado. Gracias a mis
problemas me he dado cuenta de que quien me quiere me comprende y me apoya en
mi sufrimiento. Te das cuenta de que no estás tan solo cuando te dan un empujón
hacia delante. Y que los verdaderos amigos te querrán por ser lo que eres: el
chico inocente e imaginativo.
Ya no me siento solo. Sé que me están
ayudando. Sé que estoy saliendo adelante. Sé que algún día dejaré de ser
extraño entre los míos, aunque vaya avanzando poco a poco. Voy caminando a mi
paso lento y seguro sin mirar atrás.
¿Te sientes solo? ¿Deprimido? ¿Crees
que nada te sale bien? Créeme, todo cambia. Míralo con otra cara, afronta tus
problemas y no te escondas de ellos. Háblalo, tienes gente alrededor que te
quiere escuchar; yo no podía hacerlo. Expresa lo que sientes, a mí no me salía.
Sigue siendo quien eres, porque los amigos de verdad te querrán así. No
aparentes ser alguien que no eres. Esfuérzate al máximo, todo se resolverá
solo. ¿Se burlan de ti? De mi lo hicieron también, ignóralo. No malgastes tus
fuerzas en algo que no sea ser feliz, menos cuando tienes las posibilidades de
afrontarlo. Sonríe porque todo podría ser peor. Sonríe porque el mundo necesita
tu sonrisa. Sonríe, yo seguiré sonriendo. No te rindas nunca.
Marta Campos López
1ºBachillerato A
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