Nicolas Melchor (Semáforo en rojo)




SEMÁFORO EN ROJO

Todas las mañanas bajo la Castellana para llegar a mi oficina y siempre en el mismo semáforo de Emilio Castelar, está él.

Un chico joven, no más de 25 años, de procedencia rumana, que en cuanto el semáforo se pone en rojo, empieza su andadura por los carriles y se acerca a los coches con una gran sonrisa ofreciendo pañuelos de papel a todos los conductores y ocupantes de los vehículos.

Me impresiona mucho, porque casi todos los días me toca el semáforo en rojo y su actitud siempre es la misma, llueva, haga frío, calor, le bajen las ventanas o no, igual de agradable con quien le compra y con quien no, como si realmente no le importase o no lo necesitara.

El siempre mantiene una sonrisa en la cara y anda con la misma energía entre los coches como si fuese la primera vez que hace ese trabajo.

Recorre ágil los 100 metros que más o menos le da tiempo, en el corto plazo en el que vuelve a cambiar el semáforo, convirtiéndolo en una prueba sencilla y cotidiana, que vuelve a repetir y vuelve a empezar cada vez que se pone el semáforo en rojo.

No puedo evitar pensar en ello y me parece algo muy valioso, porque muchas veces veo en mí mismo o en la gente que me rodea, que cuando no nos salen las cosas como esperamos y aun teniendo un montón de premios en la vida, como la familia, amigos, trabajo, casa, vacaciones y tantas cosas buenas que nos rodean, no vemos más allá y no las apreciamos.

También imagino a veces, que algún día en uno de esos coches que baja diariamente la Castellana y se para ante el semáforo en rojo de la Plaza Emilio Castelar, esté un importante empresario, que como yo, vea esa actitud positiva y esa energía vital y decida darle una oportunidad que le ayude a progresar.

Mientras tanto seguiré comprándole pañuelos, mientras pienso en que para algunos el día es más difícil que para otros y aun así nos regalan una sonrisa.

Nicolás Melchor Manjón, 4ºA. Madrid 22/02/17

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