LA
MEJOR HERENCIA
Querido
hijo:
Si
la vida me hubiese dado una segunda oportunidad, si pudiese reencarnarme y
vivir otra vez, si pudiese retornar en el tiempo, si pudiese nacer de nuevo, habría
bastantes cosas de las que seguramente me arrepentiría y, ojalá pudiese cambiarlas.
Te
escribo esta carta para que no caigas en los mismos agujeros en los que yo he
caído, ni tropieces con las mismas piedras con las que yo he tropezado, porque
te juro que no merece la pena.
La
primera vez que probé la droga, fue cuando me cambié de colegio a un instituto
cercano a la casa nueva de mi madre, tras el divorcio de mis padres. Me lo
ofreció un supuesto amigo, al cual siempre recordaré con remordimiento el daño
que causó en mi vida.
Para
integrarme completamente en el nuevo grupo de amigos que había encontrado,
volví a probarlo una segunda vez y luego una tercera, en un viaje sin retorno.
Llegué hasta tal extremo de tener que poner la excusa de bajar a dar una vuelta
al perro para fumar en la soledad, a escondidas de mis padres.
Cuando
no tenía droga a la mano casi me volvía loco buscándola, me encontraba mal,
realmente muy mal y mi mente se abrió a la cruda realidad…estaba enganchado.
A los
veinte años abandoné mis estudios de Ingeniería Industrial y mis padres, empleando
toda sus fuerzas, me internaron en un centro de desintoxicación, en el
que pude reconocer, charlando con los que ahí eran tratados, que las
adicciones en general son un intento por huir de la realidad y de evadirse: ahí
me encontré con el joven que comenzó a drogarse porque fracasó en
los estudios; el adulto que fracasó profesional o familiarmente recurriendo al
alcohol; al inadaptado social; el aburrido de sí mismo porque lo había tenido
todo sin esfuerzo…
En este
lugar tan frío y vacío conocí a mi actual mujer, tu madre. Ella tenía el mismo
problema que yo hasta que, un día ya se curó y no le hacía falta estar más tiempo
en este lugar, así que nos separaron, pero yo noto que seguimos conectados y
unidos.
La
única realidad es que a mí me toca quedarme aquí toda mi vida, ya que yo soy un
enfermo sin ninguna solución.
Me
gustaría darte unos cuantos consejos, que son la mejor herencia que te puedo
dejar en la vida y, si los sigues al pie de la letra, te conducirán al éxito y
a la felicidad.
Te recomiendo hacerle siempre caso a tu madre, porque ella es tu mejor
amiga y siempre sabrá llevarte por el mejor camino. Confía en ella.
Siempre que te comprometas a hacer algo, hazlo, porque tu palabra
debe valer oro.
Si tienes la oportunidad de ganar dinero, tómala. Incluso si
tienes que agachar la cabeza de vez en cuando. Con dinero las cosas son mucho
más fáciles.
Intenta que los días malos no te derroten. Hay muchas cosas buenas
ahí fuera. No malgastes tu tiempo fumando, bebiendo ni consumiendo drogas, no
merece la pena.
Trata de ser buena persona, amable y honesto.
Por último, lo más importante de todo: no sigas los pasos de tu
padre, porque un día me equivoqué, y no recomendaría a nadie por nada del mundo
pasar por lo que he pasado.
Álvaro Castresana Pérez 1ºB
21/02/2018
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