Hugo Klingenberg (El rechazo salvador)




EL RECHAZO SALVADOR

Por fin, era viernes y acabábamos de terminar la universidad. Después de haber estado toda la semana esforzándonos tocaba divertirse y descansar. Salí de la universidad con mis compañeros, todos con una sonrisa de oreja a oreja y con la misma idea en la cabeza, esta noche se lía. Después de todo que se iba a esperar de unos jóvenes con ganas de pasárselo bien.

Me fui a casa a comer y en el momento que terminé me fui a dormir. Cuando me levanté de la siesta llamé a mis amigos para ver a que hora quedábamos y decidimos que a las once en mi casa para tomarnos algo e ir juntos a la discoteca ya que habría mucha gente y sería difícil encontrarse una vez allí.

Asique me puse en marcha, ya que esa iba a ser mi noche, iba a estar con Leti, la chica de la que llevaba enamorada desde que la vi por primera vez, últimamente la notaba bastante receptiva por lo que pensé que podría haber oportunidades, asique me fui a la ducha, me vestí elegante y me puse mi mejor perfume.

Ya eran las 11 de la noche por lo que mis amigos empezaron a llegar a mi casa, como no, llegó el momento de decidir quien conducía, y eso solo podía decidirse de una manera y esa era a chinitos. Le tocó a Gonzalo, en mi opinión el menos responsable de todos, pero como nadie quería se quedó zanjado el tema.

Dos horas después nos decidimos a salir hacia el local, a decir verdad, ninguno, ni si quiera Gonzalo íbamos en condiciones de conducir, pero tampoco de pensar en las consecuencias de hacerlo, por lo que salimos hacia la discoteca. Tuvimos suerte y llegamos sin ningún problema.

Una vez allí, salimos del coche y nos dirigimos hacia la puerta, pagamos nuestra entrada y pasamos a dentro. El ambiente era muy bueno, pero mejor todavía eran los ojos de Leti cada vez que nos mirábamos.  

Una vez allí me encontré a varios amigos del equipo, entonces llegaba la peor situación que os podéis imaginar, beber por el equipo. Después de esto no podía pensar ni en cómo me iba a volver a casa.

En ese momento apareció Leti, y me preguntó si la acompañaba fuera para fumarse un cigarro. Salí con ella y empezamos a hablar sobre que tal nos iba a cada uno. Entonces salió el tema de que tal de novios y novias, me dijo que todavía necesitaba tiempo para volver a tener una relación, ya que hacía solo una semana lo había dejado con su exnovio. En ese momento me sentí muy decepcionado, por lo que me enfadé y dije que tenía que irme ya a casa.

Me pedí un taxi y me despedí de mis amigos, después de decirles que tuvieran cuidado con el coche. Una vez en el taxi todo me daba vueltas y no podía quitarme de la cabeza lo que Alexia me había dicho. Cuando llegué me hice una pizza y me fui a dormir.

A la mañana siguiente, me levanté con dolor de cabeza y muy cansado. Pensé en la conversación con Alexia y me di cuenta de que tampoco era para tanto. Me fui a desayunar y después fui a ver la tele.

Según la encendí estaba puesto el telediario, entonces se me paró el corazón, me quedé completamente en shock. La noticia decía que 4 jóvenes, dos chicos y dos chicas, habían fallecido en un accidente de coche, se habían estrellado contra un muro de piedra a 90 km/h, por lo que la muerte había sido instantánea, además decía que todo apuntaba a que el conductor iba bajo los efectos del alcohol.

En ese momento no podía pensar con claridad, encendí el móvil y tenía miles de mensajes hablando sobre el tema. Sin duda ese ha sido el peor día de mi vida, y más pensando que si no me hubiese enfadado esa noche, y me hubiese subido al coche, ahora mismo no estaría escribiendo este relato.

Hugo Klingenberg Martínez
4ºESO E   Nº14
24/02/2018

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