Ignacio Porqueras Lozano (Peter Blasicovik)




PETER BLASICOVIK

Esta es la historia de Peter narrada por uno de sus mejores amigos y compañero de guerra allá por el año 1914.

Peter nació en Rusia en una familia de una clase social media alta en la que él pertenecía al quinto lugar de los seis hermanos que eran en total. Con el hermano mayor tenía una diferencia de quince años por lo que empezó muy rápido a aprender cosas que no debería saber a sus pocos años de edad.

Su familia era bastante patriota es decir, amaban a su patria, Rusia y a su hermano mayor le encantaba todo el tema de tiros y el poder tener un arma en las manos. Peter cuando empezó a ir al colegio no era muy buen estudiante, estaba pensando todo el rato en armas cosa que se ve que se lo metió su hermano en la cabeza de tanto hablarle de esos temas. ´

Cuando llegó a la universidad en la que estudiaba una ingeniería, no recuerdo muy bien cual era, seguía suspendiendo y un día pensó en alistarse al ejército ruso. Allí se notaba que hacía lo que le gustaba y aquel fue el lugar donde nos conocimos. Éramos dos chavales del mismo estilo, de los pequeños en la familia, poco estudiantes, amantes de las armas… en definitiva, un desastre.

Todas esas ideas de armas y tiros se iban a hacer realidad un 1 de agosto de 1914. Alemania declara la guerra a Rusia y nos toca ponernos en el frente del ejército. ¡Qué ilusión!, pensábamos. Todo en lo que soñábamos se iba a hacer realidad. Y ese poco tiempo en la universidad iba a dar un resultado  poco esperado para Peter. Cuando nos situamos en el lugar perfecto donde se realizaría la guerra le pidieron hacer una trinchera con ayuda de más soldados y el resultado fue muy satisfactorio.

Llegó la hora de la guerra y de ver como nuestros compañeros se sacrificaban por nuestro país. Yo que había estudiado medicina me encargaba de curar a los soldados heridos y madre mía, no esperaba que esto fuera tan duro, tener que amputar brazos, sacar las balas de la piel, cerrar heridas…


Peter no paraba de disparar a los alemanes, vaya puntería tenía el tío. Tras un periodo más o menos largo y siendo derrotados volvimos, gracias a Dios, a nuestro país, cosa que deseábamos hacer desde que escuchamos el primer tiro y vimos caer al primer compañero.

A él y a mí nos resultó raro la tranquilidad que  había en Rusia. Yo decidí meterme en un hospital a seguir ayudando, con lo poco que sabía, a la gente enferma. Peter decidió meterse en un centro de rehabilitación en el que se encontraban todos los soldados que seguían pensando que estaban en la guerra y les daba ataques de ansiedad. Esto solo la hacía la gente que tenía una virtud fundamental muy desarrollada, la entrega.

Durante este tiempo Peter encontró a su futura esposa y yo decidí vivir sin mujer ni hijos. Peter tuvo un par de hijos que se dedicaron a la ingeniería de caminos y de telecomunicaciones. Peter murió por causa de un infarto al corazón a los 70 años de edad. Fue un hombre muy reconocido por Rusia y un hombre que nunca se me olvidó.

Desde ese momento me di cuenta que a la gente no se le valora por la los estudios que tenga si no por su forma de ser y por los valores que tenían.

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