María Gutiérrez (Infancia robada)





INFANCIA ROBADA

Supongo que el sueño de cualquier niña es casarse. Tener una boda de película con el hombre al que aman, formar una gran familia y tener una vida perfecta. Desgraciadamente, este no es mi caso ni el de muchas niñas, algunas ya han perdido la esperanza, pero yo no, yo sé que algún día podré escapar de la pesadilla que estoy viviendo y que conseguiré ser una niña normal, como esas del mundo occidental, de los países ricos de los que no paramos de oír hablar.

Me llamo Tahani, nací en la ciudad de Hajjah al noroeste de Yemen un 28 de septiembre del 2004. Al vivir en un país pobre, no disponemos de muchos recursos y nuestra calidad de vida es bastante baja. Por esto, muchas personas se ven obligadas a hacer cosas que no les gusta solo por el mero hecho de sobrevivir. Para que yo pudiera tener una vida más digna, al cumplir 6 años mis padres me obligaron a contraer matrimonio con un hombre totalmente desconocido que tenía 25 años. Claramente yo no quería casarme con él, pero todo fue por dinero. Yo no entendía la situación y sigo sin entenderla, era tan pequeña que no supe cómo reaccionar, una niña que se tiene que separar de sus padres para ir a vivir con un hombre extraño que solo me utiliza con un objeto, era inevitable no llorar cada día pero al final me acabé acostumbrando.

 Actualmente tengo 13 años, soy madre de 3 hijos y soy ama de casa. Me encantaría haber podido tener una educación y continuar mis estudios pero mi marido no me lo ha permitido. Para él soy tan solo un juguete que usa a su antojo, me pega, me grita, me insulta, no soy nada más que la chica con la que se acuesta para seguir teniendo hijos y la que se encarga de la casa. Desde que me fui de mi hogar, solo he podido ver a mis padres un par de veces y salgo de casa pocas veces a la semana para hacer la compra. Quiero recuperar mi vida de antes, quiero recuperar mi infancia, ojalá un día consiga deshacerme de mi marido y pueda huir con mis hijos a algún lugar donde los sueños todavía puedan lograrse. Me siento esclavizada, me siento utilizada pero también me siento con fuerzas para poder seguir adelante. Sé que ese día llegará.

María Gutiérrez. 1ºB BACH.
22/02/2018.

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