Hace
un tiempo, una chica de veintitrés años dio a luz a dos niñas gemelas, María y
Cristina. Sus padres no la apoyaron, el padre se desentendió y ella no tenía
dinero, por lo que se vio obligada a darlas en adopción. Las dos niñas fueron
enviadas a centros de acogida distintos.
A
los dos años, María fue adoptada por una familia con mucho dinero, mientras que
a Cristina la acogió un matrimonio al que le costaba llegar a fin de mes. Ambas
vivieron infancias felices, aunque muy distintas y las dos estaban enormemente
agradecidas a sus familias. María tenía la vida hecha así que siempre hacía lo
que quería, sus padres siempre estaban preocupados. Por otro lado, Cristina se
esforzaba mucho en el colegio porque se proponía ganarse la vida por sí misma.
Cuando
ya habían terminado el colegio, Cristina consiguió cumplir su sueño de ser
enfermera en un hospital de Madrid. María, como de costumbre, no le daba
importancia a estudiar y seguía con sus locuras y excesos.
Al
poco tiempo, María tuvo un accidente de coche y acabó por llegar al hospital
dónde Cristina acababa de empezar a trabajar. Cuando empujaba la camilla se dio
cuenta de que era idéntica a ella. Mientras que María estaba en el quirófano,
Cristina, intrigada, fue a hablar con la familia. Efectivamente, eran hermanas.
La pobre chica estaba muy grave y necesitaba un trasplante de corazón con
urgencia. Cuando Cristina se enteró no se lo podía creer, y con un vacío en el
pecho, comenzó a escribir la carta que luego encontró un médico:
“Para
mi querida hermana, siempre he notado que me faltaba algo, ahora ya se lo que
es y no podría ser nada mejor. Si estás leyendo esto es que todo ha salido
bien. Por fin, después de tanto tiempo, estamos juntas otra vez. Ahora,
cuídanos, María.”
María
ya se estaba despertando de la anestesia y sus padres decidieron contarle quién
le había dado ese corazón que ahora late tan fuerte. No sabían cómo decírselo,
así que le dieron la carta que Cristina había escrito unos días antes. María
rompió a llorar y no supo qué pensar. Tras mucho tiempo sintiéndose culpable se
dio cuenta de que ahora, por fin estaba con su querida hermana. Y es que al
final, la familia es lo más importante que se puede tener, y pase lo que pase harías
lo que fuera por ellos y ellos por ti.
Patricia
Machuca. 1ºB BACH.
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