Alvaro Moneo (Saber que se puede)



SABER QUE SE PUEDE

Mi nombre es Irene y hoy os voy a contar la historia que me marcó para toda la vida:

Hoy era jueves un día como otro cualquiera tenía unas ganas tremendas de que llegase el viernes. Sonó el despertador estaba cansadísima aquella noche había dormido muy poco, dichosas pesadillas me decía. Me levanté, me preparé y salí de casa. De costumbre mi madre era la que me llevaba al colegio. Nos montamos al coche, dejé la mochila y las dos estábamos preparadas para irnos. Mi madre puso el coche en marcha y piso el embrague en aquel momento se paró el mundo en un instante, De repente  sentí como una llamarada y un intenso dolor   me rodeaba por las piernas , escuchaba gritos, ambulancias , todo iba muy rápido hasta que vi todo negro.

Más tarde abrí los ojos estaba muy confusa, aturdida me temía que algo no iba bien ¿y mi madre? ¿qué hacía yo ahí? ¿Por qué estaba en aquel lugar? ¿Y esta cama? Tantas preguntas y tan pocas respuestas que mi inquietud no pudo más, hice el amago para incorporarme pero no podía no tenía fuerza suficiente, el cuerpo me pesaba.

En un instante miré abajo y me di cuenta que faltaba algo, no se estaba incompleto, eran mis piernas no estaban, las había perdido como si alguien se las hubiera llevado.  Entonces todo se me vino abajo pensé que no iba a volver a  caminar y que  nada merecía la pena. Me puse a llorar desconsoladamente .Al rato, encendí la televisión para olvidarme de todo y  puse las noticias. Hablaban sobre un atentado de un grupo llamado ETA y que había ocurrido esa mañana en Madrid, de repente vi que salíamos mi madre y yo.  En ese momento se me vinieron imágenes fugaces por mi cabeza y justo aquel instante en el que todo se apagó.

Pasó el tiempo, aquel día que marcó mi vida cada vez estaba más lejos y pensé que no merecía la pena seguir deprimida y amargada recordándome una y otra vez porque a mí. Entonces empecé mi nueva vida. Me apunté a un deporte llamado “esquí alpino”. Era mi nueva pasión, entrenaba duro hasta conseguir mis objetivos. Tras años de constancia duros entrenos y sacrificios  llegó la ansiada recompensa, una medalla de oro, en ella decía Campeona de España: “Irene Villa” Por primera vez volví a llorar… de emoción.

Cada día que me levantaba veía aquella medalla que representaba la superación, el trabajo y su ansiada recompensa. Mi mensaje para vosotros es que pesé a todas las adversidades hay que levantarse porque cuanto más difícil es el objetivo mayor es la recompensa. Tu vida empieza hoy y sólo tú tienes las riendas de tu vida.
Ese fue el final de mi discurso. Todos los alumnos que estaban en el salón de actos  me ovacionaron. Me sentí muy agradecida por que ese jueves no impidió seguir mi vida.




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