VUELO 9525 GERMAN WINGS
24
de mayo de 2015 6:45.
Suena
la alarma y salto de la cama, el tan esperado día había llegado, me ducho,
visto y arreglo e intento desayunar algo, pero los nervios me lo impiden.
Guardo en la maleta el neceser y alguna otra cosa que se me olvidó guardar ayer
por la noche y acto seguido levanto entusiasmada a mis padres.
No hay momento de la mañana en el que me pueda
relajar, me despido de mi hermana y de mi perro que duermen plácidamente en su
cama y cierro la puerta con un portazo
Mi padre se encarga de llevar la maleta y
alguna que otra cosa mientras que mi madre me explica como esta todo ordenado
en ella. En el trayecto en coche al aeropuerto cada segundo se hace eterno.
Mis
padres están dándome los típicos consejos de padres tales como que no haga tonterías,
que me porte bien con la familia etc., pero yo no puedo evitar desconectar y
pensar todo lo que hare allí, en Alemania,con todos mis amigos y con Theo
Fuhrken el chico del que no paro de pensar desde que me despedí 3 meses atrás,
en el aeropuerto del Pratz, ¡¡al fin le veré!! ¿Seguirá igual? bueno eso es lo
de menos, en unas tres horas podre comprobarlo.
Al
fin llegamos al aeropuerto y me encuentro a mi mejor amigo saliendo del coche y
a su mellizo por la otra puerta, no parecen tan emocionados como yo pero eso es
porque no tienen un Theo dando vueltas por la cabeza. Me reúno con todas mis
amigas y hacemos filas para recibir nuestras tarjetas de embarque, 22c 22c a
saber a quién me ha tocado al lado… por suerte mis mejores amigos tiene el a y
b ¡que ganas de todo!
Mi
profesora me dice que me despida de mis padres porque vamos a entrar, hago lo
que me dice y les doy un efusivo abrazo a los dos quienes me dicen lo que había
ignorado en el coche, sí tendré cuidado mama, me despido y me reúno con mis
amigos, me giro una última vez y mi madre me pide que le envié un mensaje al
aterrizar, asiento sonrío y me vuelvo von mis amigos.
Una vez sentados en el avión el piloto se presenta,
de lo que solo me entero que es el vuelo 9525 de Germanwings, tras un rato
dando vueltas por la pista de despegue, dejamos tierra atrás, mi amiga Claudia
me habla de lo que hará allí pero desconecto y me pongo a pensar en lo que no
para de rondarme por la cabeza, me echo alguna que otra capa de rímel y me hago
demasiadas fotos y selfies con mis amigos, me entra el
sueño y veo fotos de cuando estuvieron en Barcelona y se me revuelve la tripa,
no son nervios,será que he estado mucho con el móvil o eso espero, mi amigo Dani
me pregunta por qué no me inquietan las turbulencias, anda, era eso, estaba tan
descentrada que no me he fijado en las fuertes turbulencias que sacuden el avión,
le contesto a mi amigo que es normal porque estamos sobrevolando los Alpes
franceses y que habrá viento.
Segundos
después se apagan las luces del avión y una azafata nos pide, por favor, con
voz nerviosa que nos abrochemos los cinturones, miro a mis amigos quienes
tienen las miradas perdidas y alguna que otra lagrima en los ojos, ¡¡¡¡perdemos
altura!!!!! Grita repetidamente el piloto, se oyen gritos desesperanzados en el
avión de 150 personas que hace menos de una hora y media era una atmósfera de
alegría. Un pitido, un fuerte pitido me retumba con intensidad en los oídos,
escríbeme un mensaje al llegar, esas palabras no paran de sonar en mi cabeza y
puedo decir, con certeza, que son las últimas que oiré jamás.
Y así,
es como se pone fin a mi corta vida de 15 años.
FIN
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