Gonzalo Moreno de Rosendo (De Rosendos por la Historia)



DE ROSENDOS POR LA HISTORIA

Nos remontamos al 3 de marzo de 1939. Recuerdo ver pasar a una gaviota por babor, posarse en una de las rocas de la bella Cartagena y desear ser una de estas, todo el día volando sin preocupaciones. Todo aquel día estuve reflexionando sobre si realmente esto merecía la pena, si deberíamos de hacerlo o no y aproveché para escribir una carta hablando sobre la situación. Sin embargo nada más llegar a puerto nos reunimos todos los marines en puerto y se hizo real, decidimos revelarnos aprovechando este momento de guerra en la cual teniendo en cuenta nuestra posición o hacíamos algo o moriríamos.

4 de marzo en la mañana, nos despertábamos todos los días  a las 7:00 de la mañana y  a las 7:30 ya estábamos desayunando, todos bajamos con las pistolas cargadas y listos a l señal. Todavía puedo ver como se acercaron aquellos marines a los representantes de la república en el cuartel, ambos sacaron los cuchillos a la vez y les degollaron dejando llenar su bol de sangre. Sin darme cuenta estábamos allí todos, con las pistolas disparando a nuestros compañeros republicanos. Yo desayunaba al lado del coronel que llevaba a cabo la revuelta, no me veía capaz de matar  a mis propios compañeros, pero vi a uno levantarse y apuntar al coronel, en ese momento pensé: “Si le matan todo esto no habrá servido para nada, y seremos un muerto más para la lista en un par de horas”. Sin pensarlo dos veces saqué la pistola y le maté, en ese momento me convertí en la mano derecha de la sublevación.

Una vez terminado el trabajo teníamos pactado con el gobierno franquista que entraran en la ciudad y nosotros les apoyaríamos. Sin embargo vinieron unas barcas de la marina republicana y mientras se metían entre nuestros buques, explotamos estos y murieron unos 50 republicanos en las lanchas, además destrozamos la flota republicana más grande que había en ese momento. Después de esto me fui a un rincón del cuartel y tiré por el mar la carta que había escrito el día anterior, eso sí metida en una botella de cristal. Más tarde se llenó el cuartel de republicanos, nos miramos extrañados, al parecer había habido un chivatazo que había hecho que capturaran a los franquistas que iban a entrar en Cartagena, a nosotros no llevaron

Pasamos en aquel zulo 2 semanas. En ese momento no quedaba mucho para que terminara la guerra pero nosotros no lo sabíamos. En una relajada noche de marzo, escuchamos a varios policías gritar y un par de disparos. Se encendió toda la prisión, no sabíamos muy bien que estaba ocurriendo. Unos hombres vestidos de negro llegaron a la puerta de la prisión y nos sacaron a todos. Una vez fuera preguntaron por un tal “Miguel de Rosendo”, yo levanté la mano con miedo, sabía que mi fin había llegado y en ese momento me dijo “acércate y mírame a los ojos”. Yo lo hice, él acercó algo a mi pecho y lentamente, me lo clavó mientras decía “felicidades, has salvado a toda esta gente” y en ese momento me terminó de poner la medalla al mérito en campaña, una de las medallas de mayor grado del régimen franquista.

Yo no entendí porque y me explicaron:
“Verás, encontramos tu carta y gracias a esta supimos exactamente que estaba ocurriendo, ya que no se pensaba que hubiera habido supervivientes ya que se pensó que murieron a la vez que la explosión de los barcos”
Recuerdos de Miguel de Rosendo.
Gonzalo Moreno de Rosendo 1ºA

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