LA VICTORIA
MAGISTRAL
08:00
PM
Todos regresamos a
los cuarteles para prepararnos, pues hoy era el día. Hoy era el día en el que
una vez más lucharíamos todos juntos, codo con codo al lado de nuestros
compañeros. El día en el que había que recuperar lo que habíamos perdido tiempo
atrás y conquistar al enemigo.
09:00
PM
Se hace raro
vestirse de nuevo con este equipo, tantos recuerdos… Desde las batallas
perdidas años atrás, pasando por las veces que hubo que lamentar soldados caídos,
hasta las grandes hazañas que fuimos capaces de lograr llevando este atuendo.
09:45
PM
Me reúno con mi
escuadrón a las afueras del campo de batalla. Se puede oler la tensión, el
miedo, la desconfianza… Queda poco tiempo para que comience la batalla final,
el duelo en el que se decidirá todo a la hora pactada por nuestros superiores.
10:00
PM
Se oye a lo lejos el
pistoletazo de salida: el combate ya había comenzado. Mi pelotón, como de costumbre,
es el primero en entrar al campo de batalla. Nos dedicamos a explorarlo y a
analizar la zona en la que posteriormente asaltaríamos al contrincante. Ya
habían transcurrido diez minutos cuando más grupos empezaron a entrar al juego.
10:45
PM
Se nos presenta una
ocasión clara de ataque, la cual podría hacer que toda esta guerra mereciera la
pena, sin embargo no nos lanzamos, pues todavía es pronto y queda un larga
guerra por librar. Poco a poco avanzamos posiciones sin que el rival se dé
cuenta de nuestra estrategia.
11:30
PM
De nuevo, un hueco
en las filas del oponente nos está dejando paso a lo que podría ser una
victoria magistral, no obstante, esta incursión es más arriesgada que la
anterior pero no la podíamos dejar pasar. Sorteamos quien de todos nosotros tendía
que ir e intentar hacerse con la gloria. El soldado Fernández fue escogido por
el azar y ante la presión de la brigada se arma de valor y ataca a su presa.
Nuestro compañero calló en el primer asalto, pero eso no acababa ahí. Fernández
se prometió a si mismo que volvería a atacar cuando la ocasión fuera más clara
lo cual finalmente no se cumplió. El contrincante que le había ganado la
primera ronda organizó un ataque silencioso y a traición por la espalda que
acabó con nuestro aliado, un soldado más muerto en combate. Intentamos
reanimarlo, pero era demasiado tarde, pues la herida era tan profunda que le
había alcanzado el corazón.
00:15
AM
Ya cargábamos con
más de dos horas de fatigoso y duradero conflicto, pero todavía no habíamos
acabado. Se podía apreciar como el número de efectivos de ambos bandos se
reducía considerablemente, dado que no todos están hechos para aguantar en
estas condiciones. Continuábamos disputando pequeñas batallas las cuales en un
final nos darían la victoria en la guerra. Fue entonces, en torno a las 00:45,
cuando me percaté de la oportunidad que se me presentó de enfrentarme contra un
viejo rival y me lancé. Este prometía ser un gran duelo. El enemigo estaba debilitado,
yo me encontraba completamente convencido de que era más que capaz de salir
victorioso de ese encuentro, y por si fuera poco ya le conocía y sabía cómo
atacar. Sin la menor duda me apresuré a lo que iba a ser la gran victoria que
me otorgaría a mí y a los míos el éxito.
01:15
AM
Triunfantes salíamos
los de mi pelotón aquel día; acabó la guerra, la tensión y todos los
sentimientos negativos que estuvieron rondándonos la cabeza esa noche. Cierto
era que habíamos perdido un soldado en el campo de batalla, pero sabíamos que
al año siguiente íbamos a tener de nuevo la oportunidad de luchar de nuevo
contra el mismo rival y hacer justicia.
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