Como todas las tardes
salí hacia el campo de fútbol de mi ciudad. Era una tarde perfecta porque no
hacía mucho calor pero se estaba bastante a gusto. Yo suelo salir los viernes a
entrenar un poco para prepárame el partido del sábado.
Justo esa tarde mis
compañeros se retrasaron un poco por lo que salí del campo para esperarles en
la puerta. De repente, sobre las 19:50 escuché un grito y un chirrido de un
coche. Me asomé para ver que sucedía pero no daba crédito a lo que veía.
Me encontré con una
niña tirada en el suelo en la carretera, un coche medio girado y otro menor
acompañando a la niña. No me podía creer lo que había pasado, una niña había
sido atropellada…Tras unos segundos en shock rápidamente llamé a emergencias.
Pensé que gracias a la
rapidez que tuve habría más posibilidades de que sobreviviese.
Enseguida llegó la
policía, las ambulancias y todos los servicios sanitarios de Jaén. Se llevaron
a la niña y al menor corriendo al hospital donde ya allí contactaron con sus
familiares.
Mientras los médicos
luchaban por salvar la vida de estaba pobre niña, que solo salía del
polideportivo corriendo y riéndose, la policía intentaba dar una explicación al
suceso. Le hicieron un control de alcoholemia al conductor, el cual estaba sufriendo
un ataque de ansiedad. El control dio negativo lo que hizo que la policía
entendiese menos la situación.
Al fin llegaron mis
compañeros y les conté lo que paso. Más tarde ellos me estuvieron acompañando
cuando la policía me interrogaba al haber sido testigo del accidente.
Cuando mi labor ya
había acabado y yo ya no pintaba nada ahí me fui a mi casa. Llegué a casa pero
no se borraba de mi mente la cara desfigurada de la niña y la cara de
preocupación del conductor.
A la mañana siguiente
en las noticias aparecía que fuentes del hospital materno infantil de Jaén
confirman el fallecimiento de esta niña de 7 años. Respecto al otro menor que
le acompañaba solo sufrió golpes en la cabeza y en la pierna.
Nuestro alcalde, Luis
Mariano Camacho ha decretado 2 días de luto para este sábado y domingo y el
entierro de la niña será el domingo.
La localidad de Bailén
esta apenada, las banderas de los edificios públicos municipales han sido
colocadas a media asta por el atropello. Los familiares no encuentran consuelo
a pesar de las ayudas psicológicas que les ofrece el municipio.
Y yo hoy me pongo a
pensar si la llamada que hice podría haber sido más rápida, si eso podría haber
salvado la vida de esa niña. Yo no conocía a esa niña pero me imagino, como
dicen sus familiares, que era una niña muy dulce de la localidad de Bailén, que
siempre sonreía y que era muy deportista y que simplemente con su dulce mirada conquistaba
a cualquiera.
Solo espero que esa
niña esté donde esté pueda encontrar la paz y la felicidad que todos nos
merecemos aunque su muerte aquí abajo no encuentre consuelo ninguno.
Marta Velasco.
4ºE (20 de mayo de 2018)
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