RECUERDO
DE CUERDOS
No recuerdo
cuanto tiempo he pasado no existiendo, lo único que sé es que acabo de nacer,
estoy vivo. Es extraño, tengo una sensación de invisibilidad, creo que los
demás no saben que ya he aparecido, que ya he nacido; y sinceramente no tengo
medios para hacer ver a los demás que estoy presente. No se gritar, no se
llorar, no se moverme, no se hablar.
Estoy todo el
día pegado a una mujer, una mujer muy mayor y sonriente, no sé si es mi
compañera o mi mamá, quizá sea las dos cosas, de todas formas, la llamaré
amiga. Es sorprendente, pero aún sin saber hablar me entiendo muy bien con esa
mujer, nos reímos de nada, y nos sumergimos en historias imaginarias que solo
pasan en nuestra cabeza. Es todo perfecto, salvo una cosa, una cosa que me
molesta mucho. Todos los días, a todas horas, hay un hombre en casa que nos
intenta separar a mi amiga y a mí. No lo entiendo, ella y yo nos lo pasamos muy
bien juntos, no necesitamos que nadie nos diga nada ni nos moleste, nosotros 2
seriamos muy felices juntos, y ese hombre no nos deja serlo.
Él es muy bueno
con mi amiga, no la deja sola un momento, le da de comer, la viste, y la cuida
mucho, pero sobre todo, me aleja de ella, y yo me pongo muy celoso. Cuando
estoy solo con mi amiga, le pregunto que quien es ese hombre, y me causa mucha
incertidumbre cada una de sus respuestas, unas veces me dice que es un amigo
suyo, otras me dice que es su hermano, otras veces su primo, y otras no sabe
responderme. Ese hombre suele ser muy cuidadoso, y mantiene a mi amiga mucho
tiempo ocupada, hablándola o dándole temas de conversación.
Conforme pasa el
tiempo voy ganando más tiempo con mi amiga, y se lo quito a su primo, hermano,
amigo o lo que sea. Este ya ha empezado a ponerse triste, a veces incluso llora
cuando mi amiga no le presta atención, pero al fin y al cabo eso es mejor para
mí, así que, que se fastidie el hombre misterioso.
Es mi quinto
cumpleaños, y nadie me felicita ni se alegra por mi existencia, pero me da
igual, porque mi amiga cada vez me dedica más tiempo a mí y menos al hombre
misterioso. De hecho ya se muchas cosas de mi amiga, ¡sé que tiene 86 años! Es
una mujer muy muy mayor, más de lo que me esperaba, pero igualmente, me lo paso
mejor que nunca con ella. Además, nuestras historias imaginarias son cada vez
más profundas y realistas, casi consiguen que nos olvidemos de donde estamos.
Esto es realmente emocionante.
Han pasado 15
años desde que nací, y mi amiga y yo somos oficialmente inseparables, es
alucinante, por fin he conseguido estar todo el tiempo con ella. He conseguido
que no le preste ni un mínimo de atención a su antiguo amigo por fin. He de
reconocer que se lo he hecho pasar muy mal al hombre misterioso, y a veces me
sentía un poco culpable cuando le rogaba a mi amiga que volviera a ser como
antes, pero bueno, al fin y al cabo yo me merezco más su amistad que ese
hombre.
La parte mala de
todo esto es que me he ganado muy mala fama entre los conocidos de mi amiga,
todos se enfadan conmigo e incluso lloran con el hombre misterioso cuando se
dan cuenta de que estoy ahí, de hecho, hasta me han bautizado, y tras quince
años de vida inseparables con mi amiga, puedo sentirme orgulloso de llamarme
Alzheimer.
Comentarios
Publicar un comentario