Pablo Lojo (Las vueltas que da la vida)



LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA

Esta es la historia de una mujer de unos 40 años que tenía mucho dinero, al salir de la cafetería dónde se estaba tomando un café se paró frente a un viejo vagabundo que estaba en frente de la cafetería, el viejo olía mal y su ropa estaba rota y llena de manchas, la gente lo miraba mal e intentaban pasar lejos de él. Cuando la mujer se paró el vagabundo se sintió muy incómodo, ya que pensó  que la mujer se reiría de él como hacen el  resto de las personas y le pidió por favor que se fuese. La mujer no se quería ir y le preguntó que si tenía hambre a lo que el vagabundo respondió que no y que por favor se alejará de él. L a mujer no se dio por vencido y cogió el brazo del vagabundo para levantarlo pero el vagabundo seguía teniendo esa postura.

Un oficial de policía observó lo que estaba pasando y fue ahí creyendo que el vagabundo estaba haciendo algo malo, la chica le explicó que es ella que solo quiere invitar a comer al vagabundo el policía ayudó a la mujer y acabaron entrando los tres en la cafetería.

El gerente de la cafetería al verles entrar se acercó indignado diciendo que el vagabundo no podía entrar diciendo que da mala imagen a su cafetería, lo que el gerente no sabía es que la mujer era la dueña de la cafetería y amablemente le dijo que no tenía razón y que no trataba bien a sus clientes a lo que el gerente respondió disculpándose muy avergonzado.

Al sentarse la mujer le dijo al vagabundo que pidiese lo que quisiese que invitaba ella, el vagabundo muy agradecido le dijo que por qué lo hacía y que no sabría cómo pagarla a lo que la mujer le contestó, “usted ya me pago hace quince años cuando trabajas aquí, yo era una joven recién salida de la universidad sin dinero ni trabajo, y usted me invitó aquí a comer, cuando hacía días que casi no comía”.

Ni el gerente ni el policía se podían creer lo que estaba pasando, la chica seguía diciendo que ese día encontró trabajo y que la comida que le dio le dio fuerzas, la chica emocionada le dio trabajo al vagabundo a lo que respondió llorando.

En la vida todo el mundo tiene lo que se merece y el vagabundo obtuvo su recompensa.

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