José Casals (El vuelo de mi vida)





EL VUELO DE MI VIDA

Antes de nada, voy a presentarme, me llamo Jaime, tengo 29 años, soy piloto de las fuerzas armadas de España y como todos sabéis el 12 de octubre, día en que Cristóbal Colon descubrió América, es el día de la hispanidad, día en el que hay un gran desfile militar. Hoy, 11 de octubre, puedo decir que es el día de más nervios de toda mi vida, mañana va a ser mi primer desfile, llevo esperando esto toda mi vida y he trabajado muy duro para conseguirlo.

Primero, conseguí después de mucho trabajo entrar en la academia general del aire, allí conocí a algunos de mis mejores amigos y sobre todo a Juan García López, mi compañero y mi mejor amigo en la academia, allí pasamos muy buenos momentos y nos divertimos mucho. Fui el mejor de mi promoción por delante de Juan, conseguimos una plaza para entrar en el ejército del aire y seguimos nuestra formación en la base aérea de Talavera la Real en Badajoz, durante mi etapa en Badajoz conocí a Julia, la que es ahora mi mujer, Juan y yo éramos inseparables y teníamos los dos mejores expedientes de todos.

Aquí acaba mi formación, Juan y yo fuimos destinados a Afganistán para defender las fronteras de los países aliados, no parecía que fuera a haber ningún problema, pero la situación estaba peor de lo que nos habíamos imaginado. Lo primero que hicimos fue un vuelo de reconocimiento de la zona para comprobar que todo estaba normal, se hizo de noche y decidimos regresar a la base para continuar el día siguiente pero de pronto, perdimos la comunicación con la base y empezaron llegar misiles que se quedaban muy cerca de alcanzarnos, no sabíamos donde estábamos y no nos quedaba mucho combustible para seguir luchando, en el momento en el que se lo iba a decir a Juan vi como unos de los misiles alcanzó a uno de nuestros compañeros y como su F-18 caía en picado sin que él pudiera hacer nada, me entró un ataque de impotencia al verlo y no poder hacer nada y me quedé bloqueado sin darme cuenta de que un misil se dirigía directamente a mí, Juan si que se había dado cuenta y me aviso justo para que me diera tiempo a hacer un giro para esquivarlo, volvimos a la base a las tres de la mañana con un compañero menos y destrozados. Fue al bajarme del avión cuando me di cuenta de que pese a la formación que recibes en la academia, hay cosas que no te pueden enseñar y que solo puedes imaginar como son, cuando te pasan, me di cuenta de que la vida es mucho mas dura que como te la imaginas cuando todavía no has tenido que enfrentarte a ella.

Los días siguientes se nos hicieron muy lentos y pesados, solo hacíamos vuelos de reconocimiento, aunque estos no tenían sorpresas. Nos llegaron ordenes desde el ministerio de defensa en las que el ministro nos decía que teníamos que ir a la India porque había habido un tsunami que había sido devastador, estuvimos unos meses ayudando a la población y con operaciones de salvamento y de búsqueda de personas desaparecidas, colaboramos con el ejercito de tierra hasta que todo volvió mas o menos a la normalidad allí.

Nosotros regresamos a Afganistán y realizamos varias misiones de salvamento de población que estaba controlada por el ejercito radical de Isis que controlaba todo un pueblo, por ello, Juan y yo; recibimos varias medallas que nos dieron bastante prestigio.

Regresamos a España donde recibimos una gran bienvenida, volvimos a ver a nuestros familiares a nuestros amigos y yo volví a ver a Julia, la persona que más ganas tenía de ver.

Durante los dos meses siguientes nos centramos en preparar el desfile, éramos 25 compañeros los que intentábamos ser los mejores para poder pilotar uno de los cazas que iban salir el día del desfile por encima de la bandera de España en la plaza de Colón, solo iban a ser seleccionados los cinco mejores pilotos para esos puestos, ya era un orgullo pertenecer a ese grupo de los mejores pilotos, pero participar en el desfile sería la guinda del pastel ya que había sido siempre nuestro sueño desde que los veíamos parar cuando éramos pequeños y soñábamos estar pilotando ese caza cuando fuéramos mayores. El día 11 de octubre nos dieron las listas de los que iban a salir y por desgracia no estábamos ninguno de los dos ya que nos habíamos quedado los dos siguientes en la lista. Fuimos a ver el desfile un poco decepcionados, aunque con la cabeza bien alta por pertenecer a las fuerzas armadas y nuestro uniforme recién planchado, muchas personas nos pedían fotos y fue un día muy agradable hasta que nos dijeron que uno de los cazas se había estrellado al volver a la base por un fallo técnico y que no había saltado porque si lo hubiera hecho, el avión se habría estrellado contra una urbanización, fue un momento muy triste pero todos nos sentimos muy orgullosos de él. El resto del año, hemos estado realizando nuestro trabajo para el ejercito del aire en todo lo que ha hecho falta trabajando para el día de hoy.

Y después de haberos contado mi historia, hoy 11 de octubre estamos esperando Juan y yo a que nos den la lista de los pilotos que van a salir, llevamos tres horas esperando cuando nos dicen que no van a poder salir todos los aviones esperados en el desfile de este año debido a la lluvia. Un año más nos quedamos sin desfilar pero satisfechos por ser de los mejores pilotos españoles y con la ilusión de que el año que viene podamos llevar un F-18 por la castellana.

José Casals Jiménez  1ºB  2/11/2018

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