VISITO A LOS ABUELOS
Martes, 2 de octubre de 2018. Es un día de mi rutina como
otro cualquiera, me despiertan y me pongo a llorar un poco como diciendo
“Que pereza”, que queréis que os diga, con 1 año aún no sé hablar muy bien,
tras esto, me dan de desayunar, me visten y me despido de mis 3 hermanos
con la clásica sonrisa que ponemos los bebés. Pobrecitos ellos, tienen que ir
al cole mientras que yo estoy pasándolo bien en la guardería, ¡y encima me
lleva mamá!
Tras un gran día, viene de nuevo mamá, en este caso a
recogerme. Llegamos a casa y mientras me tomo un yogur espero a que lleguen mis
hermanos deseando volver a escuchar todas las cosas que se cuentan del cole,
porque no sabré hablar aún, pero soy un bebé, ¡me entero de todo!
Y por fin llegan, me saludan y meriendan en la mesa donde
previamente había merendado yo, pero ahora yo estoy en la trona poniendo la
oreja escuchado lo que dicen.
Han tenido un día intenso los tres por lo que se ve y tienen
mucho que trabajar esta tarde, esto a mí no me gusta, porque cuántas más
cosas tienen que hacer menos juegan conmigo.
Acaban de merendar y
me hacen los típicos cariñitos, que si me cogen el moflete, que si me dan un
beso… pero yo noto que me miran como diciendo: “que morro tienes,
nosotros a hacer deberes y tú a no hacer nada en toda la tarde”. Lo que
ellos no saben es que yo hay veces que prefería tener algo que hacer para no
aburrirme tanto, aunque bueno, es cuestión de tiempo que Mamá empiece a
enseñarme el álbum de fotos de la familia(cosa que me encanta), donde por ejemplo,
le pongo cara a mis abuelos, a los que desgraciadamente no conocí. Pasa
la tarde y llega papá, nos saluda como de costumbre y mamá empieza a hablar con
él. Al parecer, no me puede llevar mañana a la guardería y me va a tener
que llevar papá, y yo me pongo muy contenta.
A ver
Mama, que yo te quiero mucho pero es que a Papá no le veo casi nada, cuando me
levanto, él ya no está y cuando me voy a dormir hay veces que él no ha llegado.
Yo estaba en el salón viendo una peli, entonces llegan y me confirman la
noticia: ¡mañana me lleva papá! Así que me voy a dormir pronto porque va a ser un
día especial y quiero que llegue ya.
Miércoles, 3 de octubre de 2018. Hago lo de siempre, y
cuando está todo hecho, papá me sube a la sillita del coche rumbo a la
guardería, yo le noto más agobiado de lo habitual, debe de estar muy liado en
el trabajo. Llegamos y aparca en la puerta, Justo en ese momento le llaman al
teléfono y lo coge, sale del coche y comienza a andar, al principio no le
pierdo la pista en ningún momento, es más, yo pienso que en algún momento
vendrá corriendo a darme un susto por la ventanilla que es un juego que me
encanta, pero esta vez lo está alargando mucho,
tanto que le pierdo la pista y comienzo a llorar, ¿Qué bebé no llora
cuando se siente completamente sólo?
Pasan las horas y papá no vuelve, yo me estoy empezando a
marear porque dentro del coche hará como unos 40ºC y hace que no tomo nada
desde el “bibi” del desayuno. No puedo más y me desmayo. Un par de horas
después vuelvo en mí misma, pero con sensaciones extrañas. Estoy en el regazo
de 1 hombre que me suena mucho su cara, pero que no sé muy bien por qué, a su
lado hay otro hombre que parece estar muy emocionado. Comienzo a pensar y lo
recuerdo, ¡son mis abuelos! Pero hay cosas que no me cuadran.
No sé dónde estoy pero si sé que en este lugar, de
repente, sí sé hablar así que les pregunto ¿Dónde están Papá, Mamá y mis
hermanos? Quiero saber qué tal les ha ido hoy el día y seguir viendo el álbum
con mamá.
Me quedo asombrada
con la respuesta, al parecer, morí asfixiada dentro del coche y cuando
mamá vino a buscarme a la guardería le dijeron que yo no había ido hoy.
Entonces llamó a papá y éste se dio cuenta de que me había dejado
olvidada en el interior del vehículo, mamá fue a buscarme y me encontró
desfallecida en mi sillita, hizo de todo por intentar salvarme, pero era
imposible, yo ya llevaba 7 horas encerrada y unos 30 minutos muerta.
Cuando los médicos del Samur oficializan mi muerte, mis
padres sufren ataques de ansiedad muy fuertes y se tienen que ir al hospital.
Mi caso sale en la prensa y se entera todo el mundo. Acusan
a mi padre de homicidio imprudente y es posible que pase un tiempo en la
cárcel. Toda mi familia está destrozada, mis hermanos lloran desconsoladamente,
mi madre aún ni se lo cree y mi padre no para de culparse. Pero desde aquí
papá, desde arriba, te quiero decir una cosa. TE PERDONO, fue un despiste. Y
para toda mi familia, OS QUIERO, os espero aquí con los abuelos.
Jose Luis Gardón Izquierdo. 1º bachillerato B. 11/2018
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