ELLA
¿La historia de mi vida? Si me
preguntaran por la historia de mi vida empezaría por donde todas las historias
lo hacen, por el principio.
Mi infancia no tenía casi nada, por no
decir nada, en común con la de los niños que conocía. Mis principales recuerdos
de esta etapa son de peleas, constantes peleas en casa, en la calle, en el
colegio... Pero ¿qué esperar de un niño que se crió en la barranquilla y que ha
estado en tres casas de acogida desde que tiene 8 años? Hasta esa edad vivía
con mis padres. Mi padre era 20 años mayor que mi madre y el fugaz recuerdo que
tengo de él es con una botella en la mano y un insulto dirigido a mi madre
siempre en la boca, mi madre en cambio era buena, muy buena, pero débil hasta
decir basta, no tenía dinero y dependía de mi padre, solía tener cicatrices y
heridas por todo el cuerpo.
A los 7 años mi padre desapareció de mi
vida y mi madre tenía un trabajo que ocupaba la mayor parte de su tiempo por lo
que quede en manos del estado. ¿Bonito recuerdo verdad?
Tras dos distintas familias mi vida
parecía haberse asentado, en la tercera vivía con un matrimonio recién casado y
bastante dinero, me llevaron a un buen colegio y enderezaron mi camino pero, en
esa etapa fue cuando la conocí.
Vino como todas las cosas pasajeras de
la vida, un enganche de la adolescencia del que me olvidaría a las semanas.
Pero me equivocaba, ella no era así, le daba sentido a mi vida, me alegraba las
noches y me hacía olvidar todos los malos momentos de mi infancia.
Mis amigos solían decirme que todo lo
que sube después baja, que en la vida son todo rachas y ahora estaba en una
buena pero que ella me arrebataría todo lo bueno que me estaba dando, ellos no
la conocen, me hace sentir vivo. Espero que encontréis a alguien que os haga
sentir como ella a mi, les contestaba.
Pasaron los meses y no se equivocaban
del todo, a veces me estresaba, me hacía discutir y ser agresivo con todos y
por todo, me hacía discutir con mis amigos de toda la vida y hasta con la
familia. Pero a pesar de todo ahí nos manteníamos.
Un año ya con ella y seguía sin ser
aceptada por las nuevas compañías con las que me juntaba, pues las de antes ya
no querían saber de mí y mucho menos de ella.
Me mata, me está matando lentamente y no
soy capaz de separarme de ella, la quiero, me vuelve loco en todos los sentidos
y no necesito a nadie mientras estemos juntos pero esto tiene que terminar.
Me ha hecho perder la cabeza y a la
gente que nunca me había fallado, no tengo casa ni coche o dinero con el que
poder alimentarme, nada, absolutamente nada, eso es lo que tengo.
A día de hoy soy más realista y ya soy
capaz de admitir que me ha arruinado, ojalá no la hubiera conocido.
¿Su nombre? Ah, he olvidado mencionar su
nombre, se llama cocaína.
A ella le debo mi amor, mi destrucción y
mi muerte.
Tengo 39 años y ahora mismo estoy
escribiendo la miserable historia de mi vida en una cama de hospital sin nadie
al que le importe en mis últimos momentos de vida.
Teresa del Rey (Ella)
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