DE
UN MOMENTO A OTRO
Lunes, 11 de enero
de 2016
Son las 9.30 de la
mañana y estoy yendo a clase. Hoy va a ser un día largo: clase hasta las 14.30,
comida familiar y luego entrenamiento. Me acaba de llegar un mensaje al móvil;
Es Carmen, de la universidad y me dice que está organizando un viaje de esquí a
Andorra con todos los del grupo. Me dice también que puedo llevar a alguien si
me apetece y rápidamente pienso en ti.
Me apetece mucho que
vayamos, ya que entre exámenes, la universidad y esos 500 km que nos separan
hace dos meses que no nos vemos. Rápidamente te pongo un mensaje y te lo cuento
todo, pero la respuesta no es la esperada; no te apetece nada ir, lo sé, pero
nos ayudaría mucho ya que las cosas últimamente están un poco frías.
No sé cómo, pero te
consigo convencer y…¡salimos en 2 semanas!
Domingo, 24 de enero
Estoy en la estación
de Atocha esperando a que llegue tu tren muy contenta por que al final hayas
venido. Cuando llegues, iremos a dejar las cosas a casa y luego a dar una vuelta
por Madrid pero no volveremos tarde, porque el bus hacia Andorra sale esta
noche a las diez; ¡tengo muchas ganas!
Lunes, 25 de febrero
Tras diez horas
eternas de bus llegamos a Andorra, dejamos las cosas en el apartamento y
directamente nos fuimos todos a esquiar.
Hace un día
buenísimo, la nieve está genial y no hay nada de gente; resumiendo: un día
perfecto, y ¡dicen que va a seguir así toda la semana!
Miércoles, 27 de
febrero
Hoy nos hemos
despertado más pronto que de costumbre y el día está mucho mejor que el lunes y
el martes, ¡y mira que era difícil!
Desayunamos, nos
ponemos los esquís y… ¡A esquiar otra vez!
Hemos bajado cinco
veces la misma pista negra, pero nunca son suficientes veces.
Tras bajarla la
sexta vez, nos vamos todos a comer.
Después de comer
bajamos tres pistas más y decidimos volver al apartamento; estamos todos
agotados y para volver vamos a bajar la pista azul. Vas tú primero y un poco
detrás vamos todos siguiéndote.
Paramos un momento a
que Marcos se abroche bien la bota. Nos dices que vas bajando, que nos esperas
un poco más adelante y así nos grababas a todos mientras bajamos.
Empiezas a bajar y
Marcos se abrocha la bota. Se escucha un grito pocos segundos después, nos
giramos todos y te vemos en el suelo.
Al instante
empezamos a reírnos y a hacer chistes, pero al ver que tras diez segundos así
no te mueves, esos chistes y bromas se vuelven una risa nerviosa y empezamos a
decirte que no tiene gracia, que dejes de bromear y que te levantes.
Me empiezo a
preocupar de verdad y voy rápidamente hacia ti, te doy la vuelta y veo que tienes la cara llena de sangre que estás inconsciente; nadie sabe qué ha
pasado pero llamamos rápido a emergencias.
Llegan con una
camilla y te llevan directamente al hospital.
No se qué hacer y
llamo a mamá. Se lo cuento todo y me dice que no me preocupe, que todo va a
estar bien y que ha sido una caída tonta. No va a pasar nada, me repito.
Vamos al apartamento
a dejar las cosas y acto seguido, al hospital. No nos dejan pasar a verte y
tampoco nos dicen nada de cómo estás; Pasamos ahí toda la noche sin noticias de
nada. Nadie sabe que va a pasar.
Jueves, 28 de
febrero
Nos dicen que no
saben exactamente el estado en el que te encuentras; que puede ser una cosa sin
mucha importancia o al contrario, pero por precaución te tienen que trasladar
de urgencia al hospital de Barcelona, y voy contigo.
Legamos al hospital
y sigues inconsciente; seguimos sin noticias
Viernes, 29 de
febrero
Hay noticias, pero
no eran las esperadas. Nos comunican que estás en coma, y que va a ser difícil
que sobrevivas a esto.
Me derrumbo, de un
momento a otro se me cae el mundo encima y, de repente, me empiezan a pasar por
la cabeza muchos recuerdos: Los veranos en el norte, los largos viajes que
hacía de Madrid a Santander para verte, y los que tu hacías de Santander a
Madrid para verme a mí, los paseos por la playa, las videollamadas que duraban
horas y horas, los conciertos…
No va a pasar nada,
me sigo repitiendo; Tienes a toda tu familia y amigos esperando que te pongas
bien, no puede pasar nada…
Jueves, 3 de marzo
Se acabó, ya está. Te
has ido de verdad, para no volver nunca más, pero siento tu mirada desde ahí
arriba y sé que todo está bien.
Ojalá todo hubiera
ido de otra forma y ojalá siguieras conmigo ahora, cuando más te necesito.
Te has ido mucho
antes de lo que deberías, porque 20 años no son suficientes para una vida, pero
que sepas que aunque te lleves la música contigo, seguiré cantando nuestra
canción.
Almudena Gil
Comentarios
Publicar un comentario