Arturo Merás (Un cincuenton con ganas de marcha)




UN CINCUENTÓN CON GANAS DE MARCHA

¡Hoy arraso! después de media semana larga lo mejor que hacer un miércoles es salir de fiesta, yo se que mis dos amigos se van a rajar por el trabajo, los niños, la mujer, etcétera. eso es lo bueno de no tener ataduras en la vida, hago lo que me da la gana cuando me da la gana y como no dependo de nadie tampoco lo tienen que saber.

 Son las 11:30, ya va siendo hora de salir de casa, así que procedo a coger el coche y salir rumbo a la zona de discotecas, una vez he llegado me doy cuenta de que no hay mucha gente, qué raro, si estamos a 15 de febrero, que aburrida la juventud de hoy en día.

Entro en la discoteca y me pido un par de copas, hay un grupo de chicas guapísimas pero no me hacen ni caso por más que les pague copas y baile con ellas. Madre mía, vaya pedo llevo encima, las chicas se han ido a la discoteca de al lado y aquí solo quedan cincuentones y, aún que sean de mi edad, yo soy mucho más guay que ellos asique decido seguir a las chicas a la discoteca de en frente, de todas formas, no hay nada que perder.

 Cuando estoy a medio camino veo a una joven de las del grupo de antes que se había  separado y estaba sola, la chisto para que se me acerque, pero me mira y sigue hablando por teléfono. Una vez ha colgado veo como se zarandea por la cantidad de alcohol que lleva en su cuerpo, y pienso que entre las copas que le había invitado yo y las del pre copeo que había hecho ella alguna oportunidad había.

Me acerco a cogerla y se aparta, sigue a lo suyo y yo continúo con mi caza usando la del persuasivo, es que con esa faldita va pidiendo guerra y va tan borracha que como para no intentar ligármela, además en ningún momento me ha dicho que no explícitamente, igual se esta haciendo la interesante.
 Después de seguir intentándolo durante unos minutos esta cerca de mi coche asique decido acorralarla y entrarla, a ver si consigo ya ese deseado beso que llevo pidiendo toda la noche.

No se la ve muy receptiva pero bueno en ningún momento me ha dicho que no y al final surge mi oportunidad, ¡por fin! Ella se mueve un poco pero pienso que es un juego erótico suyo y la inmovilizó con las manos contra el coche. Estas chicas que se hacen las duras no me acaban de convencer...



La empujo dentro del coche y a la faena, voy a enseñarle a esta chica la experiencia que un hombre de verdad puede llegar a tener, y me lanzo a por ella, la desvisto pero de repente veo que está llorando y no se por que, quizás tengo que enseñarle otra vez lo que ha visto en mi para meterse en mi coche.

 Y cuando empiezo con el acto sexual no me dice ni que pare, ni grita ni nada, tan solo no se mueve, no esta poniendo nada de su parte pienso yo, o sea que sigo a lo mío, no para de llorar y rezar, y no entiendo porqué, la pregunto pero no me responde.

Madre mía que tía más rara, cuando he terminado, no voy tan borracho como hace unos minutos y me doy cuenta de que esta chica me puede causar problemas porque a lo mejor se piensa que lo ha hecho por el alcohol o cualquier otro motivo.

Asique arranco el coche y nos vamos a casa, la voy a persuadir con mis encantos para no salir malparado de esta. Una vez en casa ella está desmayada en el sofá y cuando veo que se despierta, de repente saca el móvil y marca el 091, la miro y corriendo voy y cojo el móvil agarrándoselo de las manos y estampándolo contra la pared.
Llora y pide auxilio a gritos, a lo que le contesto que todo esto es culpa suya por que iba muy fresca, borracha e incluso después de haber lanzado señales equivocadas  no me opuso resistencia.

La chica se abalanza sobre mi y un impulso de defensa que brota de mi interior me obliga a agarrarla del cuello hasta que se queda inmóvil en el suelo, Madre mía que he hecho, no respira. Bueno esto lo podría haber evitado no haciendo todas las cosas que me incitaron a pensar que quería algo, quizás si me hubiera dado un claro no desde el principio no habría pasado esto .Estando ahí de pie me viene un recuerdo y empiezo a pensar en cuando yo era un adolescente y las chicas me contaban como les gustaba que los chicos fueran detrás de ellas, y que como a veces un no, significaba sí, pero camuflado, que teníamos que leerlo entre líneas decían. Asique ahí me quedo, pensando si ha sido culpa mía por no reconocer las señales o culpa suya por no mandarlas correctamente.

Arturo Merás 1°B 4/2/19

Comentarios

  1. Buen relato q te pone en piel de un volador. Bien leído, buena trama

    ResponderEliminar
  2. Muy buen relato Arturo sigue asi. Muy original al ser desde otro punto de vista. Pronto un libro

    ResponderEliminar

Publicar un comentario